sábado, 10 de septiembre de 2016

Mensajes amables de fin de semana: el pensamiento de Oriente, seres de otra galaxia para los occidentales, es vital para intuir por dónde va el futuro


Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:

Sirva este escrito como continuación del anterior, en el que expuse la necesidad de abrirnos, desde Europa, a las realidades del Silicon Valley y las provenientes de Oriente
Recordemos, en el mail anterior, un tema crucial: para nosotros los europeos, que nos creemos estar en el centro de la creación, Microsoft ha podido comprar la división de cochesd e Merceds, por 25.000 Millones de Euros, pero ha preferido comprar, por el mimo precio, la información que acumula LinkedIn en sus bases de datos….curioso, frsustante para los que nos dedicamos al metal, …..!!!!!¿¿¿????
Dediquemos estas líneas a Oriente, donde también nos van a crujir nuestras creencias más fundamentales
Si hay algo emblemático de Oriente, de toda Asia diría yo, es el Yin y el Yang
En el concepto oriental, no solamente el equilibrio sino también la enfermedad, están basados en que no pase ni demasiada energía ni demasiado poca por nuestro cuerpo
Nuestro cuerpo está atravesado por doce meridianos, cada uno de ellos con determinados puntos gatillo ( los documentados en cualquier consulta de acupuntura ) , donde, si se los activa, pueden restablecer los niveles energéticos que conducen a devolver la adecuada armonía al cuerpo y a la mente…ni mucha ni poca energía
Tanto las culturas provenientes del yoga de la India como las de China y Japón ( acupuntura y digitopuntura ) promueven la actuación controlada sobre esos puntos gatillo
Como ya dije en el escrito anterior, se puede creer en ello o no, pero los americanos ( a través de sus denuncias en la FDA ) no pudieron refutarlo…..!!no sabemos cómo pero funciona!!!, tuvieron que admitir.
Japón, país nada sospechoso de no estar en la vanguardia tecnológica, lo incluye en la Seguridad Social
La Organización Mundial de la Salud lo recomienda
Permitidme una pequeña anécdota personal, tal como me la explicaron mis maestros japoneses de KAWASAKI HEAVY INDUSTRIES
Cuando los especialistas de LEAN en KAWASAKI divulgaron entre sus fábricas las nuevas ideas promovidas por el LEAN ( que habían aprendido de TOYOTA ) les decían a los operarios:
Para que nuestra fábrica sea LEAN, todo debe fluir ni muy lento ( debido a altos stocks en curso, paradas por averías, tiempos de cambio muy altos, fallos en calidad a la primera, etc.) ni muy rápido ( sobreproducción, hacer más de lo que pide el mercado, hacer que las máquinas vayan muy rápidas para luego perder el tiempo con largos tiempos de cambio, etc. )
El nuevo paradigma, les decían, es que todo vaya de acuerdo al equilibrio Yin-Yang, ni muy rápido ni muy lento……. No hace falta ser un genio para saber que se abrazaron al nuevo sistema sin muchos peros….encajaba perfectamente dentro de sus creencias más profundas 

Profundicemos un poco en las raíces que dan soporte a todo esto
Taoísmo: el significado del Yin y el Yang
El Ying Yang no representa el bien y el mal. Un oriental nos diría que demasiada oscuridad es cegacedora, pero lo mismo pasa si hay demasiada luz. Sin embargo, no interpretaría esto como ambigüedad moral, ya que no asocian la luz y la oscuridad con el bien y el mal. De hecho, en la filosofía oriental, el color blanco es la representación del mal, puesto que el blanco representa el vacío. Pero el blanco es también el color de la pureza, lo que es consistente con la naturaleza orgánica de la filosofía oriental.

La luz y la oscuridad del Ying Yang representan lo masculino y lo femenino. La luz es lo masculino, que representa la razón, la lógica, la inteligencia, la acción, y la frialdad descorazonada. La oscuridad es lo femenino, que representa las pasiones, las emociones, la sabiduría, la inacción, y la rabia. El Ying Yang representa la armonía ideal entre los dos, que es un equilibrio completo entre su luz masculina y su oscuridad femenina.

El Taoísmo puede tener algunos aspectos chamanistas populares, pero filosóficamente es no-deísta. Sin Dios que proclame leyes morales, las acciones se definen no según adherencia a un canon, sino según la circunstancia. En la religión taoísta, los demonios no son necesariamente malvados, ellos representan el abandono juguetón, que en la acción humana puede ser crueldad o jovialidad. En comparación con la dualidad cristiana, el Taoísmo tiene mucho más en común con la ética aristotélica, que predica que no hay leyes éticas grabadas en piedra, sólo los fines que la acción se propone alcanzar, y los medios que utiliza para alcanzar esos fines.

Otro aspecto importante del Taoísmo es el de la acción contra la inacción. Eso no significa necesariamente ambición contra holgazanería; un taoísta diría que hay épocas en las que se necesita tomar medidas, y hay épocas en las que la inacción es necesaria. Un proverbio del Tao Te Ching que aplica esto a la política es “Un gobernante pobre es alguien cuyas acciones son desdeñadas por la gente. Un buen gobernante es alguien cuyas acciones son amadas por la gente. El mejor gobernante es alguien cuyas acciones son inadvertidas por la gente”. También afirma "Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe. Cuando su trabajo esté hecho, su objetivo cumplido, ellos dirán: nosotros mismos lo hicimos."

El concepto de inacción como medio para la mejora es un concepto central tanto en la política como en la ética taoísta. El hombre sabio evalúa cuidadosamente cuándo es tiempo para la acción y cuándo lo es para la inacción, entendiendo que ambas pueden llevar tanto a la mejora como al desastre.

El filósofo chino considerado creador del taoísmo es conocido como Laozi

Una visión espiritual práctica para los problemas del día de hoy
Aunque el nombre y el signo de este símbolo provienen de la vieja China debe decirse que en realidad la misma idea viene reflejada en muchas otras culturas: la hindú, la egipcia, o la hebrea por ejemplo, llegan a las mismas conclusiones. Estamos pues frente a una creencia universal y por tanto algo a lo que hay que prestar atención. Veamos quéquiere decirnos.

Todo cuanto nos rodea tiene una manifestación dual, todo. Así tenemos el día y la noche, lo bueno y lo malo, lo femenino y lo masculino, lo blanco y lo negro, el bien y el mal etc. Esto es tan evidente que a nadie llama la atención. Pero el corolario de lo dicho es que todo, absolutamente todo cuanto existe, precisa estar constituido de la dualidad de dos contrarios. Pongamos un ejemplo. Usted para vivir precisa estar despierto (es decir acción) y estar dormido (es decir inacción). Igualmente para leer esto precisa que hayan letras y que hayan espacios vacíos entre esas letras; lo mismo puede decirse de las palabras con las que nos comunicamos, entre palabra y palabra, es decir entre los sonidos, debe haber un momento de silencio para que se le entienda ¿no? El vaso que tengo sobre la mesa me es útil porque tiene un contorno de cristal pero en medio no hay nada, es decir que lo que hace útil al vaso es lo que hay (el cristal) y lo que no hay (el hueco que forma). Y ejemplos de este estilo podríamos poner muchos. En definitiva para que algo exista debe existir su contrario. Es decir que para que se forme el círculo del dibujo de arriba es preciso que la parte de blanco tenga su complemento con la parte de negro.

Bajo el concepto de “yang” los chinos recogen la parte activa, diurna, de acción, masculina, etc., de las cosas, mientras que el término “yin” lo emplean para designar la parte pasiva, nocturna, receptiva, femenina etc., que se necesita para que todo exista. Cada parte precisa su contrario de manera que más que contrarios se trata de partes complementarias. Ahora bien, los chinos nunca han puesto carácter normativo a estos dos componentes de la realidad, y consideraban que ambas eran precisas para el correcto funcionamiento de la sociedad y del mundo en general. El servir (yin) no era considerado como algo malo o peyorativo, como sucede en nuestra sociedad, simplemente tenía que estar en consonancia con el mérito de quien era servido por sus acciones (yang). De esta manera el secreto de la armonía era que cada parte desarrollara su papel, es decir que el rey, padre, guerrero (papel activo o yang) realice su trabajo correctamente y la madre, campesino, (papel pasivo o yin) realice la suya con corrección. Esto es lo que se recoge en las Enseñanzas de Confucio

Ya hemos dicho que esto no se limita sólo a la filosofía china, sino que, como puede comprobar usted mismo, se da en todo y en todo el mundo. El problema que tiene nuestra sociedad occidental es que ha puesto carácter normativo a cada uno de esos componentes, y por lo general ha colgado la etiqueta de “bueno” a lo que es “yang” y tildado de malo lo que “yin”. Por ejemplo para vivir se precisa estar despierto y acostarse ¿no? pues al dormir a menudo se le llama “hacer el vago”, “perder el tiempo”, etc mientras que estar activo se valora positivamente. Todo servicio “yin” se considera como despreciable e indigno, mientras que quien es servido “yang” se considera una persona importante. En China, bueno cuando China era una cultura y no lo que es ahora, lo importante sería el mérito de quien es servido, es decir lo que ha hecho de yang para merecer eso, y siempre estaba mejor visto ser un buen sirviente que un mal gobernante.

Ahora, en nuestra sociedad, esto no es así, se rehuye lo “yin” como malo.

Todo esto podría parecer una simple curiosidad cultural, pero es algo más. Como todo está formado por esa dualidad yin-yang el potenciar solo un polo nos lleva a desequilibrios. La sociedad nuestra está desequilibrada porque no acepta esa complementariedad y lo que llamamos infelicidad es producto de nuestra ceguera en no reconocer cada parte que lo compone todo. Por ejemplo, las empresas persiguen crecer y crecer (comportamiento activo o yang); nosotros tener más y más bienes (comportamiento activo o yang); vivir más y más años para hacer cosas (de nuevo yang); que los coches corran más (acción yang) etc., y nos hemos olvidado de la parte yin, que en los ejemplos que hemos dado serían: asentar el crecimiento de la empresa para que todos trabajen mejor; disfrutar de lo que tenemos; aprender a vivir mejor y disfrutar de paisaje por donde estamos conduciendo. No, en occidente solo cuenta la acción, y así nos va.

La naturaleza es sabia y combina los dos polos. Las hojas caen en otoño (yin) para aparecer en primavera (yang); los ríos se secan en verano para ser llenados con las lluvias de invierno, y así es todo. Pero nosotros no queremos eso. Queremos que salga el sol siempre, que nuestra economía crezca y crezca, que tengamos más y más de manera que cuando uno de estos puntos no se cumple nos sentimos infelices. La infelicidad, muchas veces, no es más que un desequilibrio de no aceptar que tan humano es reir como llorar y que nada es enteramente bueno ni enteramente malo, sino que todo es necesario para algo.

La vida es una experiencia para disfrutar tanto si hace sol como si llueve, pero si miramos solo una parte del círculo no podremos ir muy lejos. O dicho en otras palabras: si sólo somos felices cuando luce el sol ..., pues no disfrutaremos mucho.

La vida sería el círculo en su conjunto y cuando seamos capaces de verla en su totalidad los lunes por la mañana serán tan agradables como los viernes por la tarde. Así no viviríamos como marionetas de nuestras emociones pues veremos que “todo es bueno”

Decir esto es fácil, practicarlo no tanto, pero no por ello debemos de olvidarnos de esto pues entender lo que nos quiere decir eso del yin – yang es el secreto para hacer que nuestra existencia en la tierra sea una experiencia agradable.


Frases para orientar tu vida

Confucio

Si te caes siete veces, levántate ocho



Dalai Lama
Domina la mente y vendrá la felicidad

Madre Teresa de Calcuta
Lo que hace más feliz es ser útil a los demás

Jesucristo
No juzguéis y no seréis juzgados / Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra

San Agustín
Ama y haz lo que quieras



Einstein
En la alegría serás invencible

Concepto de salud y enfermedad en oriente y occidente
En la medicina occidental la enfermedad aparece como algo que hay que combatir, algo que se ha de eliminar. De esta manera, se entiende que un determinado síntoma o dolencia es puntual, aislado en una zona del organismo, y la propia palabra "paciente" parece tener la connotación de que esperamos que alguien nos cure.
El concepto oriental presenta la enfermedad como un estado de desequilibrio o debilidad del conjunto del organismo, es decir, nos avisa que hay algo que no estamos haciendo bien en nuestra vida. Este desorden puede ser tanto a nivel energético, físico (dolores musculares, articulares...) como emocional (estrés, ansiedad, tristeza, desmotivación, ira…), pero siempre perjudicará a todos los niveles del ser humano. El combate del cuerpo para recuperar la fluidez energética provoca los síntomas que determina la patología presente.
El Shiatsu, como casi todas las técnicas o artes curativas orientales, intenta influir sobre el campo energético humano, equilibrándolo y armonizándolo. Por ello el Shiatsu concibe el ser humano como un todo complejo, en el que cualquier disfunción en  algunos de sus elementos afectará, sin duda, al resto. Por este motivo, el tratamiento busca reponer la pérdida de capacidad de las defensas y auto-regulación del organismo, para que éste pueda hacer frente a la enfermedad o molestia, en vez de combatir contra los síntomas de la enfermedad.
Sin embargo, ambas medicinas, la académica creada en la cultura occidental y la medicina oriental, nutrida de la tradición y la experimentación a lo largo de miles de años, se basan en lo mismo: el conocimiento del Universo y las leyes por las que este se rige. 
¿Por qué es tan abismal la diferencia entre ambas medicinas? 
La medicina académica occidental 
Implementa el método científico y la estadística, tratando de establecer con estos sistemas principios generalizados de aplicaciones universales recogidos en la nosología y cuyos resultados se denominan más comúnmente "patologías". De la recolección de datos de historias clínicas de evoluciones similares, se obtiene información sobre las terapias que han tenido mayor éxito en los tratamientos según las patologías y de este modo se pone a disposición del especialista un amplio abanico de tratamientos farmacológicos y clínicos que han sido basados en la experimentación científica.
Es así como la medicina académica occidental trata de clasificar el estado que presenta el paciente dentro de algunas de las patologías conocidas mediante el estudio de variables impersonales como lo son los niveles de sustancias determinadas en la sangre, la edad o el género, a la vez que estudia las posibles lesiones en los tejidos del organismo mediante pruebas con elementos radioactivos (radiografías), campos magnéticos (escáner), ultrasonidos... para suministrar el tratamiento más adecuado a la patología del paciente, cambiando éste solamente en dosificación según las características personales.
La medicina tradicional oriental
No cree en las patologías, no reconoce el valor de la nosología ni de la estadística, no aprecia que existan enfermedades ni cuadros de síntomas, no considera excesivamente los parámetros químicos del cuerpo, sino que más bien trata de entender a la persona en su totalidad, de modo personal y exclusivo, incluyendo en el estudio: el cuerpo, la mente, el espíritu, el trabajo, la familia, el entorno, la estación del año, el clima local y muchos otros parámetros que configuran un determinado estado para una persona concreta, en el momento y lugar de la terapia y que puede variar en  las diferentes sesiones que dure el tratamiento.



De este modo, el tratamiento no puede fijarse de antemano, ya que no existen fórmulas preconcebidas para tratarlo (salvo como ayuda para los estudiantes que aún no tienen demasiada experiencia profesional), no se trata de buscar en el paciente los síntomas de una supuesta enfermedad, sino que en cada ocasión se realiza un tratamiento diferente en función del estado que presenta la persona en ese preciso momento, incluso desarrollándolo y cambiándolo a medida que las reacciones al contacto con el paciente nos proporcionan una información de lo que está ocurriendo en ese momento en su cuerpo. Así, el terapeuta de Shiatsu no sabe nunca con anterioridad cuál será la técnica que va a utilizar en un paciente hasta el momento en que lo hace, pues su terapia responde a los cambios que se están produciendo en el paciente mientras se desarrolla la sesión.
El objetivo principal de las medicinas tradicionales orientales, y del Shiatsu, es ayudar a que las personas conozcan que forman parte de la naturaleza, del orden universal, y enseñarles a establecer, mantener y mejorar la integración de todos los distintos aspectos de esta estructura. 

Meridianos energéticos para la liberación emocional




Los meridianos energéticos




El arte chino de la curación:





Que disfrutéis cada hora del fin de semana
Un cordial saludo

Alvaro Ballesteros




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