sábado, 19 de marzo de 2016

Mensajes amables de fin de semana: El poder de la flora intestinal para curar y proteger tu cerebro....de por vida


Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:

El Doctor David Perlmutter es un reconocido neurólogo y miembro del American College of Nutrition
David hace una observación muy interesante: hemos logrado avances sustanciales para reducir las tasas de mortalidad de muchas enfermedades crónicas, como el VIH, algunos tipos de cácer y cardiopatías.
Sin embargo, si nos centramos en las enfermedades vinculadas al cerebro, el panorama es muy distinto
Los avances para prevenir, tratar y curar trastornos neurológicos (desde el autismo, hasta migrañas, depresión, esclerosis múltiple, Parkinson y Alzheimer) son prácticamente inxsistentes
Sin embargo, hay una buena noticia: las últimas investigaciones científicas están descubriendo  que, en gran medida, la salud del cerbro está determinada por lo que ocurre en el sistema digestivo
Así es: lo que está pasando en este instante en tus intestinos determinará tu riesgo de padecer una serie de trastornos neurológicos
Sé que es difícil de entender: si tienes dolor abdominal, no llamarás al neurólogo. La industria médica se caracteriza por disciplinas especializadas divididas por partes del cuerpo o sistemas específicos, por lo que muchos colegas dirían algo así como “ lo que ocurre en el intestino es cosa del intestino” 

TE PRESENTO A TU MICROBIOMA
Tu cuerpo está colonizado por una multitud de organismos que superan en número a tu propias células en una proporción de 1 a 10
Estos 100 billones de criaturas invisibles llenarían un contenedor de casi 2 litros
Por cada gen humano en nuestro cuerpo, hay al menos 360 genes microbianos
La mayoría de estos organismos viven en el tracto digestivo y, aunque incluyen hongos y virus, al parecer quienes dominan la escena y sustentan cualquier aspecto concebible de tu salud son las bacterias
Recientes investigaciones médicas empiezan a reconocer que el estado del microbioma es tan importante para la salud humana ( incluyendo incluso nuestro estado físico y mental en la vejez ) que se le debe considerar un órgano en sí mismo
Quizá no haya ningún otro sistema en el cuerpo más sensible a los cambios en la flora intestinal que el sistema nervioso central y el cerebro en particular

Texto sacado del libro :
Alimenta tu cerebro: el poder de la flora intestinal para curar y proteger tu cerebro… de por vida, de David Perlmutter

Otros enlaces interesantes sobre la conexión cerebro-flora intestinal:

Conexión intestino-cerebro
Si los ratones sin flora son menos sociables que los demás es algo que todavía la ciencia tiene que confirmar con más estudios. Pero lo que sí está ratificado es la estrecha relación entre el cerebro y el aparato digestivo. ¿Quién no se ha sentido indispuesto ante una situación que genera nervios como un examen o una entrevista de trabajo? ¿A quién no se le ha cerrado el estómago ante la sensación de estar enamorado?
Se trata de una comunicación bidireccional que conecta el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) con el sistema nervioso entérico o digestivo-intestinal. Así, reaccionamos a estímulos como el hambre, el estrés o las emociones.
Las investigaciones se dirigen ahora a verificar que este eje cerebro-intestino se amplía a un tercero: la flora, lo que probaría el poder que las microbacterias tendrían sobre nuestro cerebro y sobre nuestra conducta.

“La relación que hay entre el cerebro, la flora y las emociones está poco investigada. Hay estudios muy preliminares. Saber exactamente a nivel clínico cómo puede repercutir es difícil de precisar”, señala la especialista.



Yogur búlgaro y torrija. Creación gastronómica de José Fernández. EFE/Paladar Comunicación

Está constatado que las bacterias tipo lactobacillus y bifidobacterium son capaces de producir ácido gamma-aminobutírico, un neurotransmisor del cerebro que se encarga de regular muchos procesos psicológicos y cuya disfunción está relacionada con la ansiedad y la depresión.
Otro hallazgo, por ejemplo, se refiere a la serotonina o sustancia de gran influencia en los circuitos cerebrales implicados en la regulación del estado de ánimo que se encuentra en altas cantidades en el intestino, según cita Margarida Mas en su libro.
El psicobiótico
Los próbioticos o alimentos ricos en bacterias saludables, como es el caso de los yogures y otras leches fermentadas, también pueden tener una influencia positiva en nuestra conducta. En un estudio, que se cita en “Las maravillas de la flora”, se combinaron dos probióticos (lactobacillus y bifidobacterium) para ver sus efectos primero en animales y luego en humanos.
El resultado fue que la conducta ansiosa en los animales se había reducido, mientras que en las personas se habían mejorado las sensaciones psicológicas, además de disminuir el cortisol en sangre, una de las hormonas que intervienen en el estrés.
Por eso ya algunos expertos hablan del término “psicobiótico” como un cruce entre un fármaco psicotrópico y un probiótico dada la influencia que este tiene no solo en el colon, sino sobre algunas sustancias que afectan al cerebro.

La relación entre la flora intestinal y la salud mental


Hace muchos años que los científicos tienen conocimiento de la conexión entre el cerebro y el intestino. Es ampliamente conocido que una depresión nos puede distorsionar el apetito o también estar vinculada a problemas como diarrea o estreñimiento. 



Sin embargo, hasta hace no muchos años los investigadores creían que la comunicación entre estos dos órganos era de una sola manera: desde el cerebro hasta el intestino. Pero algunas investigaciones realizadas sobre la flora microbiana intestinal humana han revelado que este proceso de comunicación es similar a muchos otros procesos neurológicos, de ida y vuelta, es decir, del cerebro al intestino y del intestino al cerebro.
También se sabe que haciendo cambios en la flora microbiana intestinal (conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino) es posible modificar el comportamiento humano. Esto está cambiando la forma de entender tanto los trastornos mentales como los desórdenes de alimentación. 
Es sabido que cierta exposición de recién nacidos y niños pequeños es fundamental para el desarrollo de una flora intestinal robusta y que esto tiene un impacto determinante sobre el desarrollo y la función del tracto gastrointestinal, sistema inmunológico, neuroendocrino y los sistemas metabólicos. 


Además, investigaciones en animales demuestran que la administración de antimicrobianos orales en ratones libres de patógenos provoca una modificación transitoria de la composición de la flora intestinal y que paralelamente se alteran algunas proteínas en el hipocampo implicadas en el desarrollo de estados de ansiedad y estrés. También se observó que después de esto,  en algunos ratones adultos no había una rápida vuelta a la normalidad en la flora bacteriana y que durante este tiempo se producía una adaptación a los niveles de estrés y ansiedad.
Si tenemos en cuenta la cantidad de antibióticos que rutinariamente consumen las personas, deberíamos preocuparnos en la incidencia que estos productos pudieran tener en las distintas enfermedades mentales entre la población.
  

Afortunadamente también hay evidencia de que si ajustamos el nivel de estas bacterias podemos producir importantes cambios conductuales y psicológicos. En un reciente estudio, ratones con estrés inducido fueron dosificados con el probiótoco Lactobacilo rhamnosus, estos mostraron niveles más bajos de ansiedad, disminución de las hormonas del estrés e incluso cambios en los receptores del cerebro de neurotransmisores vitales para la reducción de los estados de ansiedad

La increíble relación entre la salud de tu cerebro y la de tu intestino (Infográfico)



Foto: vive-on.com
Cuando piensas en tu organismo quizá te remites a células flotantes, agua, arterias, venas, sangre, ADN, y toda la magia que sucede allá adentro. Sin embargo, es difícil de creer que tú cargas mayor número de  ADNs de otros seres vivos que el tuyo propio; solo tu intestino está formado por más de 100 billones de microorganismos.
Hasta hace apenas hace unos años, la ciencia ha comenzado a conocer cómo estos microorganismos tiene un papel atónito en tu estado de salud. En tus intestinos se desarrollan tanto buenas como malas bacterias, y esta lucha repercute en muchas más implicaciones de las que crees.
Está comprobado cómo la salud allá dentro de tus intestinos está vinculada con enfermedades inesperadas como el Parkinson, la salud emocional; estos diminutos organismos en realidad parecieran ser parte de una mente unida en todo tu sistema; son por así decirlo, reguladores importantes de todo tu cuerpo.
Hoy retomamos un persuasivo y sintético infográfico de bimuno que explora la relación entre tu salud cerebral con la intestinal; pasando por un recorrido práctico por algunos sistemas de tu organismo que están también relacionados estrechamente con la tu sistema digestivo.
Traducimos algunos de los puntos más importantes:
Buenas VS malas bacterias
Las buenas:
Clostridium butrycom: produce importantes ácidos grasos, desinflama el sistema digestivo.
Bifidobaceria: regula las respuestas inmunológicas, produce vitaminas.
Lactobacillus: protegen contra los cancerígenos.
Las Malas:
Clostridium difficile: son los más dañinos siguiendo el curso de los antibióticos.
Campylobacter: la infección ocurre casi siempre al consumir comida contaminada que está poco cocida.
Enteroccocus Faecalis: ocurre casi siempre luego de una intervención quirúrgica.
Los beneficios de un sistema digestivo sano:
-Estimula el proceso en el sistema digestivo
-Ayuda a absorber los nutrientes
-Ayuda a fortalecer los tractos intestinales
-Se cree que mantiene el sistema nervioso sano
Cómo afecta al cerebro:
-El cerebro y el intestino están conectados directamente por el nervio vago.
-Los microbios interactúan directamente con el sistema nervioso; el cuál se comunica directamente con el cerebro.
-El sistema digestivo produce hormonas y componentes neuroactivos que viajan por la sangre.
Para beneficiar a ambos, cerebro e intestinos, que son uno, puedes hacer yoga, correr o descansar bien.


Que disfrutéis cada hora del fin de semana

Un cordial saludo
Alvaro Ballesteros




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