Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:
El Doctor David Perlmutter es un reconocido neurólogo y miembro
del American College of Nutrition
David hace una observación muy interesante: hemos logrado
avances sustanciales para reducir las tasas de mortalidad de muchas
enfermedades crónicas, como el VIH, algunos tipos de cácer y cardiopatías.
Sin embargo, si nos centramos en las enfermedades vinculadas
al cerebro, el panorama es muy distinto
Los avances para prevenir, tratar y curar trastornos
neurológicos (desde el autismo, hasta migrañas, depresión, esclerosis múltiple,
Parkinson y Alzheimer) son prácticamente inxsistentes
Sin embargo, hay una buena noticia: las últimas
investigaciones científicas están descubriendo
que, en gran medida, la salud del cerbro está determinada por lo que
ocurre en el sistema digestivo
Así es: lo que está pasando en este instante en tus
intestinos determinará tu riesgo de padecer una serie de trastornos
neurológicos
Sé que es difícil de entender: si tienes dolor abdominal, no
llamarás al neurólogo. La industria médica se caracteriza por disciplinas
especializadas divididas por partes del cuerpo o sistemas específicos, por lo
que muchos colegas dirían algo así como “ lo que ocurre en el intestino es cosa
del intestino”
TE PRESENTO A TU MICROBIOMA
Tu cuerpo está colonizado por una multitud de organismos que
superan en número a tu propias células en una proporción de 1 a 10
Estos 100 billones de criaturas invisibles llenarían un
contenedor de casi 2 litros
Por cada gen humano en nuestro cuerpo, hay al menos 360
genes microbianos
La mayoría de estos organismos viven en el tracto digestivo
y, aunque incluyen hongos y virus, al parecer quienes dominan la escena y
sustentan cualquier aspecto concebible de tu salud son las bacterias
Recientes investigaciones médicas empiezan a reconocer que
el estado del microbioma es tan importante para la salud humana ( incluyendo
incluso nuestro estado físico y mental en la vejez ) que se le debe considerar
un órgano en sí mismo
Quizá no haya ningún otro sistema en el cuerpo más sensible
a los cambios en la flora intestinal que el sistema nervioso central y el
cerebro en particular
Texto sacado del libro :
Alimenta tu cerebro: el poder de la flora intestinal para
curar y proteger tu cerebro… de por vida, de David Perlmutter
Otros enlaces interesantes sobre la conexión cerebro-flora
intestinal:
Conexión intestino-cerebro
Si los ratones sin flora son menos sociables que los demás
es algo que todavía la ciencia tiene que confirmar con más estudios. Pero lo
que sí está ratificado es la estrecha relación entre el cerebro y el aparato
digestivo. ¿Quién no se ha sentido indispuesto ante una situación que genera
nervios como un examen o una entrevista de trabajo? ¿A quién no se le ha
cerrado el estómago ante la sensación de estar enamorado?
Se trata de una comunicación bidireccional que conecta el
sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) con el sistema nervioso
entérico o digestivo-intestinal. Así, reaccionamos a estímulos como el hambre,
el estrés o las emociones.
Las investigaciones se dirigen ahora a verificar que este
eje cerebro-intestino se amplía a un tercero: la flora, lo que probaría el
poder que las microbacterias tendrían sobre nuestro cerebro y sobre nuestra
conducta.
“La relación que hay entre el cerebro, la flora y las
emociones está poco investigada. Hay estudios muy preliminares. Saber
exactamente a nivel clínico cómo puede repercutir es difícil de precisar”,
señala la especialista.
Yogur búlgaro y torrija. Creación gastronómica de José
Fernández. EFE/Paladar Comunicación
Está constatado que las bacterias tipo lactobacillus y
bifidobacterium son capaces de producir ácido gamma-aminobutírico, un
neurotransmisor del cerebro que se encarga de regular muchos procesos
psicológicos y cuya disfunción está relacionada con la ansiedad y la depresión.
Otro hallazgo, por ejemplo, se refiere a la serotonina o
sustancia de gran influencia en los circuitos cerebrales implicados en la
regulación del estado de ánimo que se encuentra en altas cantidades en el
intestino, según cita Margarida Mas en su libro.
El psicobiótico
Los próbioticos o
alimentos ricos en bacterias saludables, como es el caso de los yogures y otras
leches fermentadas, también pueden tener una influencia positiva en nuestra
conducta. En un estudio, que se cita en “Las maravillas de la flora”, se
combinaron dos probióticos (lactobacillus y bifidobacterium) para ver sus
efectos primero en animales y luego en humanos.
El resultado fue que la conducta ansiosa en los
animales se había reducido, mientras que en las personas se habían mejorado las
sensaciones psicológicas, además de disminuir el cortisol en sangre,
una de las hormonas que intervienen en el estrés.
Por eso ya algunos expertos hablan del término
“psicobiótico” como un cruce entre un fármaco psicotrópico y un probiótico dada
la influencia que este tiene no solo en el colon, sino sobre algunas sustancias
que afectan al cerebro.
La relación entre la flora intestinal y la salud
mental
Hace muchos años que los científicos tienen
conocimiento de la conexión entre el cerebro y el intestino. Es ampliamente
conocido que una depresión nos puede distorsionar el apetito o también estar
vinculada a problemas como diarrea o estreñimiento.
Sin embargo, hasta hace no muchos años los investigadores
creían que la comunicación entre estos dos órganos era de una sola manera:
desde el cerebro hasta el intestino. Pero algunas investigaciones realizadas
sobre la flora microbiana intestinal humana han revelado que este proceso
de comunicación es similar a muchos otros procesos neurológicos, de ida y
vuelta, es decir, del cerebro al intestino y del intestino al cerebro.
También se sabe que haciendo cambios en la flora
microbiana intestinal (conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino) es
posible modificar el comportamiento humano. Esto está cambiando la forma de
entender tanto los trastornos mentales como los desórdenes de
alimentación.
Es sabido que cierta exposición de recién nacidos y niños
pequeños es fundamental para el desarrollo de una flora intestinal robusta y
que esto tiene un impacto determinante sobre el desarrollo y la función del
tracto gastrointestinal, sistema inmunológico, neuroendocrino y los sistemas
metabólicos.
Además, investigaciones en animales demuestran que la
administración de antimicrobianos orales en ratones libres de patógenos provoca
una modificación transitoria de la composición de la flora intestinal y que paralelamente
se alteran algunas proteínas en el hipocampo implicadas en el desarrollo de
estados de ansiedad y estrés. También se observó que después de esto,
en algunos ratones adultos no había una rápida vuelta a la normalidad en
la flora bacteriana y que durante este tiempo se producía una adaptación a los
niveles de estrés y ansiedad.
Si tenemos en cuenta la cantidad de antibióticos que
rutinariamente consumen las personas, deberíamos preocuparnos en la
incidencia que estos productos pudieran tener en las distintas enfermedades
mentales entre la población.
Afortunadamente también hay evidencia de que si ajustamos
el nivel de estas bacterias podemos producir importantes cambios conductuales y
psicológicos. En un reciente estudio, ratones con estrés inducido fueron
dosificados con el probiótoco Lactobacilo rhamnosus, estos
mostraron niveles más bajos de ansiedad, disminución de las hormonas del estrés
e incluso cambios en los receptores del cerebro de neurotransmisores vitales
para la reducción de los estados de ansiedad
La increíble relación entre la salud de tu cerebro
y la de tu intestino (Infográfico)
Foto: vive-on.com
Cuando piensas en tu organismo quizá te remites a células
flotantes, agua, arterias, venas, sangre, ADN, y toda la magia que sucede allá
adentro. Sin embargo, es difícil de creer que tú cargas mayor número
de ADNs de otros seres vivos que el tuyo propio; solo tu intestino
está formado por más de 100 billones de microorganismos.
Hasta hace apenas hace unos años, la ciencia ha comenzado
a conocer cómo estos microorganismos tiene un papel atónito en tu estado de
salud. En tus intestinos se desarrollan tanto buenas como malas
bacterias, y esta lucha repercute en muchas más implicaciones de las que crees.
Está comprobado cómo la salud allá dentro de tus
intestinos está vinculada con enfermedades inesperadas como el Parkinson,
la salud emocional;
estos diminutos organismos en realidad parecieran ser parte de una mente unida
en todo tu sistema; son por así decirlo, reguladores importantes de todo tu
cuerpo.
Hoy retomamos un persuasivo y sintético infográfico
de bimuno que
explora la relación entre tu salud cerebral con la intestinal; pasando por un recorrido
práctico por algunos sistemas de tu organismo que están también relacionados
estrechamente con la tu sistema digestivo.
Traducimos algunos de los puntos más importantes:
Buenas VS malas bacterias
Las buenas:
Clostridium butrycom: produce importantes ácidos grasos,
desinflama el sistema digestivo.
Bifidobaceria: regula las respuestas inmunológicas,
produce vitaminas.
Lactobacillus: protegen contra los cancerígenos.
Las Malas:
Clostridium difficile: son los más dañinos siguiendo el
curso de los antibióticos.
Campylobacter: la infección ocurre casi siempre al
consumir comida contaminada que está poco cocida.
Enteroccocus Faecalis: ocurre casi siempre luego de una
intervención quirúrgica.
Los beneficios de un sistema digestivo sano:
-Estimula el proceso en el sistema digestivo
-Ayuda a absorber los nutrientes
-Ayuda a fortalecer los tractos intestinales
-Se cree que mantiene el sistema nervioso sano
Cómo afecta al cerebro:
-El cerebro y el intestino están conectados directamente
por el nervio vago.
-Los microbios interactúan directamente con el sistema
nervioso; el cuál se comunica directamente con el cerebro.
-El sistema digestivo produce hormonas y componentes
neuroactivos que viajan por la sangre.
Para beneficiar a ambos, cerebro e intestinos, que son
uno, puedes hacer yoga, correr o descansar bien.
Que disfrutéis cada hora del fin de semana
Un cordial saludo
Alvaro Ballesteros
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