Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:
Salir a correr primero y flexiones después o al revés…parece
como si fuera lo mismo pero, ahora que me estoy informando de cómo volver a
poner mi cuerpo mínimamente en forma, pues resulta que no es lo mismo, de hecho
los resultados son radicalmente
distintos
Sirva el resto del presente escrito para tener una mínima
idea de los procesos involucrados en las dos clases de ejercicio citadas y el
por qué de la afirmación que encabeza este mail: el orden de factores sí, radicalmente sí altera el producto
Ejercicios aeróbicos
Ejercicio anaeróbico
El ejercicio anaeróbico es el tipo de ejercicio que mejora
la potencia y aumenta la masa muscular. Los músculos entrenados con ejercicios
anaeróbicos se desarrollan de manera diferente, funcionan mejor en los
ejercicios de corta duración y de alta intensidad, que duran hasta
aproximadamente 2 minutos 6.
La forma más común de ejercicio anaeróbico es el ejercicio en el que se ejerce fuerza. El ejercicio de fuerza consiste en utilizar la resistencia a la contracción muscular para obtener la fuerza, la resistencia anaeróbica y el tamaño de los músculos. Hay muchos métodos diferentes de entrenamiento de fuerza, siendo los más comunes el ejercicio de resistencia y el ejercicio con peso. Estos dos tipos de ejercicio usan la gravedad (por cúmulos de peso, platos o pesas) o máquinas que resisten la contracción del músculo.
Si se realiza correctamente, el entrenamiento de fuerza puede proporcionar ventajas significativas y mejorar la salud y el bienestar aumentando la fuerza, la dureza y la resistencia del hueso, del músculo, de los tendones y de los ligamentos. También puede mejorar el funcionamiento de las articulaciones, reducir la probabilidad de que se produzcan heridas como resultado de músculos débiles, mejorar la función cardiaca y elevar el HDL colesterol (el bueno). Además puede ayudar a mantenerse delgado (importante para individuos que quieren perder peso), a disminuir el riesgo de osteoporosis y a aumentar la coordinación y el equilibrio.
La forma más común de ejercicio anaeróbico es el ejercicio en el que se ejerce fuerza. El ejercicio de fuerza consiste en utilizar la resistencia a la contracción muscular para obtener la fuerza, la resistencia anaeróbica y el tamaño de los músculos. Hay muchos métodos diferentes de entrenamiento de fuerza, siendo los más comunes el ejercicio de resistencia y el ejercicio con peso. Estos dos tipos de ejercicio usan la gravedad (por cúmulos de peso, platos o pesas) o máquinas que resisten la contracción del músculo.
Si se realiza correctamente, el entrenamiento de fuerza puede proporcionar ventajas significativas y mejorar la salud y el bienestar aumentando la fuerza, la dureza y la resistencia del hueso, del músculo, de los tendones y de los ligamentos. También puede mejorar el funcionamiento de las articulaciones, reducir la probabilidad de que se produzcan heridas como resultado de músculos débiles, mejorar la función cardiaca y elevar el HDL colesterol (el bueno). Además puede ayudar a mantenerse delgado (importante para individuos que quieren perder peso), a disminuir el riesgo de osteoporosis y a aumentar la coordinación y el equilibrio.
Primero entrenamiento de fuerza y después ejercicio
aeróbico
Para el entrenamiento de fuerza, el organismo
obtiene la energía casi exclusivamente a través de la degradación de
las reservas de glucógeno muscular (azúcares). De esta forma, en el ejercicio aeróbico que posteriormente realizaremos las reservas
de glucógeno estarán parcialmente degradadas y el organismo accederá a los
depósitos de grasa de forma más rápida para la obtención de energía.
Si hiciéramos primero el ejercicio cardiovascular y
posteriormente el entrenamiento de fuerza, las reservas de glucógeno se
degradarían con el trabajo aeróbico sin apenas involucrar a las grasas.
Posteriormente, en el entrenamiento con pesas aparecería la fatiga por
falta de suministro energético, ya que las contracciones musculares intensas no
pueden realizarse con energía a través de las grasas.
Sin embargo, si lo hacemos al contrario, el ejercicio
aeróbico siempre lo podremos realizar incluso con fatiga. Además,
cumplirá una función de regeneración, ayudando a la recuperación muscular, ya
que el aumento de flujo sanguíneo al músculo después de un esfuerzo realiza una
función “limpiadora”, arrastrando sustancias de desecho y aportando
nutrientes.
Activar la segregación de las hormonas “quema grasas”
Las hormonas lipolíticas o quema grasas son las
catecolaminas y hormona del crecimiento.
Las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), que
intervienen significativamente en la degradación de los depósitos de grasa, se
segregan una vez que se estimula el sistema nervioso simpático adrenal. Para
conseguir una estimulación del sistema nervioso tenemos varias opciones:
- Ingerir
alguna bebida energética-estimulante,
- Realizar
ejercicio con una duración superior a 30-40 minutos
- Estimular
al sistema nervioso con altas intensidades de trabajo.
Al realizar
un entrenamiento de fuerza se
dispara este mecanismo de activación, se produce una estimulación
simpático-adrenal y el flujo hormonal será mucho más apropiado cuando
apliquemos el ejercicio aeróbico ya que las catecolaminas ya estarán actuando y la degradación de los
adipocitos habrá comenzado, los ácidos grasos estarán en la sangre y serán
eliminados con el ejercicio
aeróbico utilizados como fuente de energía en el proceso de
oxidación.
Las catecolaminas: adrenalina y noradrenalina,
son hormonas lipolíticas que van directamente a romper las células de grasa,
los adipocitos, volcando al torrente sanguíneo una molécula de glicerol y tres
de ácidos grasos. El glicerol se transforma en glucosa y se oxida, y los ácidos
grasos viajan hasta la mitocondria de la célula para ser oxidados.
Uno de nuestros objetivos al realizar una definición
muscular es activar estas catecolaminas.
Estas hormonas se disparan con la activación del
sistema nervioso simpático. El ejercicio de alta intensidad,
como sucede en el entrenamiento de fuerza, dispara este mecanismo
activador del sistema nervioso. Por esta razón, es conveniente
situar el entrenamiento de fuerza siempre antes del cardiovascular,
ya que obtendremos una doble ventaja.
- Por
una parte, vaciaremos las reservas de glucógeno y conseguiremos
una activación simpática del sistema nervioso.
- Y
por otra, cuando vayamos a
comenzar el cardiovascular, nuestro organismo estará en
una situación ideal y preparado para quemar grasa, vacío
de glucógeno y con las hormonas lipolíticas listas para trabajar.
Para los que estéis interesados en la biología que hay
detrás del ejercicio físico, cómo trabaja la célula en caso de esfuerzo, la
inmunología asociada, la influencia de los alimentos, las bases fisiológicas de
la contracción muscular, el metabolismo, y los pros y contras de los diferentes
tipos de dietas, os recomiendo vehemente la maravilla de la web siguiente:
http://nutrielite.com/index.php/temario
Otros enlaces muy interesantes dentro de la misma página
web:
Adaptación neuromuscular al
entrenamiento de fuerza:
Metabolismo energético durante el ejercicio, la fatiga:
Que disfrutéis cada hora del fin de semana
Un cordial saludo
Alvaro Ballesteros
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