sábado, 27 de enero de 2018

Mensajes amables de fin de semana: las preocupaciones, el liderazgo, el "cuñado" y el caballero inglés



Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:


El primer curso que recibí en General Motors, nada más ser fichado, no fue sobre autómatas de los sistemas de manipulación, transporte y almacenaje, que para eso me habían fichado, sino sobre “relaciones humanas”, centrado en tres objetivos básicos:
-El primero, cómo controlar las preocupaciones: decían que no querían que a las primeras de cambio , en un trabajo tan presionante como es una fábrica de automóviles, nos salieran úlceras de estómago…porque entonces estaríamos mucho tiempo de baja y eso no era bueno para la empresa  
-El segundo, en reuniones de trabajo, cómo conseguir sacar todas las ideas de todas las personas que intervienen
-El tercero, definir el estilo de liderazgo que le gustaba a la Compañía
Acerca del primer tema, me hablaron de Dale Carnegie, de cuyos libros me enamoré para siempre; de muchos de los comentarios de Enrique, el monitor de aquel curso, sobre Dale ya no me acuerdo, pero hay uno que me impactó entonces y que nunca se me olvidará
Decía Dale:
“Mi vida ha estado llena de grandes preocupaciones,….. la mayoría de las cuales nunca sucedieron”

Sobre el segundo tema, Enrique enseguida lo centró en enseñarnos las reglas del “brainstorming”, invención, hasta donde yo sé, típicamente americana
Las que hoy por hoy me siguen pareciendo claves son las siguientes:
-Hay que ir preguntado, persona a persona, su opinión sobre el tema objetivo de la reunión
-Como primera norma general, nadie puede interrumpir a cada interviniente, cuando expone su punto de vista inicial
-Cuando empieza la primera ronda sobre un tema en cuestión, todo el mundo debe ponerse primero el “sombrero verde”: eso quiere decir que en esa ronda NO se acepta que los intervinientes den opiniones negativas
-Luego viene el sombrero negro, etc. 

En cuanto al último tema de ese mi primer curso en GM, pues de nuevo todo giraba en torno a las enseñanzas de Dale Carnegie
En un post anterior, describí detalles de cómo Dale Carnegie definía el liderazgo

Dale Carnegie define el liderazgo como un camino de tres etapas:

1ª. Mejorar / Fortalecer las relaciones humanas: el objetivo de esta etapa es llegar a ser una persona cercana, en la que se pueda confiar
2ª. Conseguir una sincera colaboración por parte de los demás: la mejor manera de conseguir que los demás cooperen es ser sensible hacia sus necesidades y ayudarlos
Ejercer un verdadero liderazgo para implantar con éxito el cambio: una vez se ha creado la confianza y se ha conseguido una sincera colaboración, es fácil implantar el cambio y ayudar a los demás a cambiar

Los 30 principios que Dale Carnegie propone para darle cuerpo a estas tres etapas son los siguientes:

1.       Mejorar / Fortalecer las relaciones humanas

a.       No criticar, condenar o quejarse
b.      Reconocer las cosas buenas del otro de manera sincera
c.       Hacer ver a la otra persona que lo que decimos puede beneficiarle
d.      Estar genuinamente interesado en lo que dice la otra persona
e.       Tener una actitud amistosa y amable
f.        Recordar que el nombre de la persona es el sonido más importante para ella
g.       Ser un buen escuchante; animar a los otros a hablar de sí mismos
h.      Hable de lo que le interese a la otra persona
i.         Haga que la otra persona se sienta importante, y hágalo de forma sincera


2.       Conseguir una sincera colaboración por parte de los demás

a.       Muchas veces, las discusiones son un 90% emociones y un 10% tonterías : la mejor manera de ser el ganador de una discusión de ese tipo es evitarla
b.      Mostrar respeto por la opinión de la otra persona : no decir nunca “estás equivocado”
c.       Si uno mismo está equivocado, admitirlo rápida y enfáticamente
d.      Empezar la conversación de una manera amable y abierta
e.      Consiga que la otra persona diga “sí, sí” inmediatamente
f.        Deje que la otra persona hable todo lo que quiera
g.       Deje que la otra persona sienta que es su idea
h.      Intente de verdad ver las cosas desde el punto de vista del otro
i.         Sea abierto hacia las ideas o deseos de los otros
j.        Apele a nobles motivos : las personas trabajan duro por ideales
k.       Haga enfoques creativos para ayudar a vender sus ideas
l.         Lance un desafío


3.       Ejercer un verdadero liderazgo para implantar con éxito el cambio

a.       Comience con elogios y aprecio sincero
b.      Comente de forma discreta e indirecta los errores de los demás
c.       Hable de sus propios errores antes de criticar los de otros
d.      Haga preguntas en vez de dar órdenes directas
e.      Deje que la otra persona salve la cara
f.        Elogie las más pequeñas mejoras y cada avance. Muestre públicamente su aprobación y sea generoso en sus elogios
g.       Conceda a la otra persona una reputación que defender
h.      Haga ver que el error es fácil de corregir
i.         Haga que la otra persona se sienta a gusto haciendo lo que usted ha sugerido

Otros post´s que he dedicado a Dale Carnegie:

Cómo influir sobre las personas, según Dale Carnegie (una verdadera lección de liderazgo):

Mensajes amables de fin de semana: los 30 principios básicos para el liderazgo y el éxito, según Dale Carnegie:


Para terminar, no puedo evitar a hacer una última reflexión acerca de uno de los típicos personajes que intentan saltarse desde el principio los principios de funcionamiento de las reuniones que marca la metodología de los “Brainstorming´s”: el arquetipo del “Cuñado”
Antes de seguir, lo primero que tengo que aclarar rápidamente es que la reflexiones que hago sobre este tema NO tienen nada que ver con mi cuñado, así que mi querido Carlos, puedes seguir leyendo tranquilamente estas líneas teniendo la completa seguridad de que esto no va por ti

 El personaje del “Cuñado” es todo lo opuesto al del “Caballero Inglés”
Un caballero inglés es aquel que cuando oye por décima vez lo mismo, pone cara de asombro y admiración como si fuera la primera vez, y exclama ……oooh No.. !!!!......Amazing!!!    

La mejor definición de cuñado que he encontrado por ahí es la siguiente:
"Opinar sobre cualquier asunto, queriendo aparentar ser más listo que los demás"

Un excelente artículo de Javi Sánchez en la revista GQ dice, entre otras cosas, lo siguiente:

Lo que antes eran los cuatro comentarios de barra de bar, la charla sonrojante de Ese Taxista (sí, Cuñado y Nación Taxi hace mucho que se fusionaron a lo Dragon Ball) o el cuñado en Nochebuena soltando en dos horas y media lo que llevaba 365 días ensayando ahora es el discurso visible, la voz cantante. La Conversación.
Por eso el cuñado ya no es lo que era en origen: una mezcla de Hank de ‘Breaking Bad’, la letra de ‘Villancico para mi cuñado Fernando’ de Love of Lesbian y la derivación última de la picaresca española, el capítulo no escrito del ‘Lazarillo de Tormes’. No, ahora todos esos titulares, todos los chistes que hacíamos sobre esa criatura que entendía de coches, relojes, vinos, running, tecnología, arquitectura, alta sociedad y baja estofa, hablan un poquito de todos nosotros.
La cuñadización de la propia palabra ahora trae algo consigo: el placer secreto (o, en cuñadí: el placer culpable) de reconocerse en esos titulares. De ser el tipo que se tira un mes leyendo críticas para comprarse un par de zapatillas con las que va a correr dos kilómetros y medio, y que luego recomendará como si las hubiese puesto a prueba con dos maratones enteras. De opinar muy fuerte sobre la opinión ajena y creerse -en la amplificación de nuestras propias voces que trae consigo nuestra forma de relacionarnos por Internet- que el Cuñado siempre es el Otro, ese que no sabe y hay que explicarle. 

(fin de la cita)




Que disfrutes cada hora del fin de semana

Un cordial saludo

Alvaro Ballesteros

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