Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:
El primer curso que recibí en General Motors, nada más ser fichado,
no fue sobre autómatas de los sistemas de manipulación, transporte y
almacenaje, que para eso me habían fichado, sino sobre “relaciones humanas”,
centrado en tres objetivos básicos:
-El primero, cómo
controlar las preocupaciones: decían que no querían que a las primeras
de cambio , en un trabajo tan presionante como es una fábrica de automóviles,
nos salieran úlceras de estómago…porque entonces estaríamos mucho tiempo de
baja y eso no era bueno para la empresa
-El segundo, en reuniones de trabajo, cómo conseguir sacar todas las ideas de todas las personas que
intervienen
-El tercero, definir
el estilo de liderazgo que le gustaba a la Compañía
Acerca del primer tema, me hablaron de Dale Carnegie, de
cuyos libros me enamoré para siempre; de muchos de los comentarios de Enrique,
el monitor de aquel curso, sobre Dale ya no me acuerdo, pero hay uno que me
impactó entonces y que nunca se me olvidará
Decía Dale:
“Mi vida ha estado llena de grandes preocupaciones,….. la
mayoría de las cuales nunca sucedieron”
Sobre el segundo tema, Enrique enseguida lo centró en
enseñarnos las reglas del “brainstorming”, invención, hasta donde yo sé,
típicamente americana
Las que hoy por hoy me siguen pareciendo claves son las
siguientes:
-Hay que ir preguntado, persona a persona, su opinión sobre
el tema objetivo de la reunión
-Como primera norma general, nadie puede interrumpir a cada
interviniente, cuando expone su punto de vista inicial
-Cuando empieza la primera ronda sobre un tema en cuestión,
todo el mundo debe ponerse primero el “sombrero verde”: eso quiere decir que en
esa ronda NO se acepta que los intervinientes den opiniones negativas
-Luego viene el sombrero negro, etc.
En cuanto al último tema de ese mi primer curso en GM, pues
de nuevo todo giraba en torno a las enseñanzas de Dale Carnegie
En un post anterior, describí detalles de cómo Dale Carnegie
definía el liderazgo
Dale Carnegie define el liderazgo como un camino de
tres etapas:
1ª. Mejorar /
Fortalecer las relaciones humanas: el objetivo de esta etapa es llegar
a ser una persona cercana, en la que se pueda confiar
2ª. Conseguir una
sincera colaboración por parte de los demás: la mejor manera de
conseguir que los demás cooperen es ser sensible hacia sus necesidades y
ayudarlos
3ª Ejercer un
verdadero liderazgo para implantar con éxito el cambio: una vez se ha
creado la confianza y se ha conseguido una sincera colaboración, es fácil
implantar el cambio y ayudar a los demás a cambiar
Los 30 principios que Dale Carnegie propone para darle
cuerpo a estas tres etapas son los siguientes:
1. Mejorar /
Fortalecer las relaciones humanas
a. No
criticar, condenar o quejarse
b. Reconocer
las cosas buenas del otro de manera sincera
c. Hacer
ver a la otra persona que lo que decimos puede beneficiarle
d. Estar
genuinamente interesado en lo que dice la otra persona
e. Tener
una actitud amistosa y amable
f. Recordar
que el nombre de la persona es el sonido más importante para ella
g. Ser
un buen escuchante; animar a los otros a hablar de sí mismos
h. Hable
de lo que le interese a la otra persona
i. Haga
que la otra persona se sienta importante, y hágalo de forma sincera
2. Conseguir
una sincera colaboración por parte de los demás
a. Muchas
veces, las discusiones son un 90% emociones y un 10% tonterías : la mejor
manera de ser el ganador de una discusión de ese tipo es evitarla
b. Mostrar
respeto por la opinión de la otra persona : no decir nunca “estás equivocado”
c. Si
uno mismo está equivocado, admitirlo rápida y enfáticamente
d. Empezar
la conversación de una manera amable y abierta
e. Consiga
que la otra persona diga “sí, sí” inmediatamente
f. Deje
que la otra persona hable todo lo que quiera
g. Deje
que la otra persona sienta que es su idea
h. Intente
de verdad ver las cosas desde el punto de vista del otro
i. Sea
abierto hacia las ideas o deseos de los otros
j. Apele
a nobles motivos : las personas trabajan duro por ideales
k. Haga
enfoques creativos para ayudar a vender sus ideas
l. Lance
un desafío
3. Ejercer un
verdadero liderazgo para implantar con éxito el cambio
a. Comience
con elogios y aprecio sincero
b. Comente
de forma discreta e indirecta los errores de los demás
c. Hable
de sus propios errores antes de criticar los de otros
d. Haga
preguntas en vez de dar órdenes directas
e. Deje
que la otra persona salve la cara
f. Elogie
las más pequeñas mejoras y cada avance. Muestre públicamente su aprobación y
sea generoso en sus elogios
g. Conceda
a la otra persona una reputación que defender
h. Haga
ver que el error es fácil de corregir
i. Haga
que la otra persona se sienta a gusto haciendo lo que usted ha sugerido
Otros post´s que he dedicado a Dale Carnegie:
Cómo influir sobre las personas, según Dale Carnegie (una
verdadera lección de liderazgo):
Mensajes amables de fin de semana: los 30 principios básicos
para el liderazgo y el éxito, según Dale Carnegie:
Para terminar, no puedo evitar a hacer una última reflexión
acerca de uno de los típicos personajes que intentan saltarse desde el
principio los principios de funcionamiento de las reuniones que marca la
metodología de los “Brainstorming´s”: el
arquetipo del “Cuñado”
Antes de seguir, lo primero que tengo que aclarar
rápidamente es que la reflexiones que hago sobre este tema NO tienen nada que
ver con mi cuñado, así que mi querido Carlos, puedes seguir leyendo
tranquilamente estas líneas teniendo la completa seguridad de que esto no va
por ti
El personaje del “Cuñado” es todo lo opuesto al del “Caballero Inglés”
Un caballero inglés es aquel que cuando oye por décima vez lo mismo, pone cara de asombro y
admiración como si fuera la primera vez, y exclama ……oooh No.. !!!!......Amazing!!!
La mejor definición de cuñado que he encontrado por ahí es
la siguiente:
"Opinar sobre cualquier asunto, queriendo
aparentar ser más listo que los demás"
Un excelente artículo de Javi Sánchez en la revista GQ dice,
entre otras cosas, lo siguiente:
Lo que antes eran los cuatro comentarios de barra de bar, la
charla sonrojante de Ese Taxista (sí, Cuñado y Nación Taxi hace mucho que se
fusionaron a lo Dragon Ball) o el cuñado en Nochebuena soltando en dos horas y
media lo que llevaba 365 días ensayando ahora es el discurso visible, la voz
cantante. La Conversación.
Por eso el cuñado ya no es lo que era en origen: una mezcla
de Hank de ‘Breaking Bad’, la letra de ‘Villancico para mi cuñado Fernando’ de
Love of Lesbian y la derivación última de la picaresca española, el
capítulo no escrito del ‘Lazarillo de Tormes’. No, ahora todos esos
titulares, todos los chistes que hacíamos sobre esa criatura que entendía de
coches, relojes, vinos, running, tecnología, arquitectura, alta sociedad y baja
estofa, hablan un poquito de todos nosotros.
La cuñadización de la propia palabra ahora trae algo
consigo: el placer secreto (o, en cuñadí: el placer
culpable) de reconocerse en esos titulares. De ser el tipo que se tira un mes
leyendo críticas para comprarse un par de zapatillas con las que va a correr
dos kilómetros y medio, y que luego recomendará como si las hubiese puesto a
prueba con dos maratones enteras. De opinar muy fuerte sobre la opinión ajena y
creerse -en la amplificación de nuestras propias voces que trae consigo nuestra
forma de relacionarnos por Internet- que el Cuñado siempre es el Otro,
ese que no sabe y hay que explicarle.
(fin de la cita)
Que disfrutes cada hora del fin de semana
Un cordial saludo
Alvaro Ballesteros
No hay comentarios:
Publicar un comentario