Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:
En un post anterior, expresaba mi creencia sobre la enorme importancia
que le doy a lo que pensamos
Si nuestros pensamientos son positivos, todo nuestro cuerpo
se lo cree
Por el contrario, si estamos continuamente “dándole al coco”
sobre cosas negativas, fabricaremos sustancias químicas que nos irán machacando
Parecerá una afirmación demasiado rotunda, pero la ciencia
apoya estos argumentos: la clave son los neuropéptidos
¿Qué hacen tus neuropéptidos?
Dicho de forma sencilla los neuropéptidos son los
transportadores de las sustancias químicas que viajan por todo nuestro cuerpo.
Son en cierta forma una especie de mensajero químico y sus características
fueron descubiertas por la Dra. Candance Pert, una reconocida Psicofarmacóloga
norteamericana.
Pert, ha dado un paso gigante con este descubrimiento,
rompiendo algunas creencias que fueron sagradas para científicos occidentales
por más de dos siglos.
Esta pionera investigación ha demostrado cómo los
neuropéptidos y sus receptores, son el fundamento biológico de nuestra
conciencia, y se manifiestan a través de nuestras emociones, creencias y
expectativas, influenciando profundamente la manera cómo vemos el mundo y cómo
nos comportamos en él.
Cada vez que pensamos y hablamos, estos neuropéptidos actúan
como mensajeros que viajan por nuestro cuerpo depositando pequeñas cantidades
de sustancias químicas en nuestras células.
La calidad de esa sustancia química que será depositada,
está determinada por la calidad de nuestros pensamientos.
Por lo tanto, si nuestros pensamientos son temerosos,
rabiosos, o de cualquier forma negativos, los químicos que estos mensajeros
depositarán en nuestras células debilitarán nuestro sistema inmunológico.
Si por el contrario, nuestros pensamientos son amorosos,
optimistas, apreciativos o
simplemente positivos, los químicos que serán depositados en nuestras
células fortalecerán nuestro sistema inmunológico. Esto quiere decir que cada
instante de nuestra vida estamos eligiendo, consciente o inconscientemente,
pensamientos saludables o poco saludables y estos pensamientos, sin duda,
terminan afectando nuestro organismo.
Claro está que un pensamiento por sí solo no causará ningún
efecto o tendrá alguna influencia sobre nuestro sistema inmunológico.
El inconveniente se presenta cuando tenemos la tendencia a
pensar negativamente.
Cada persona produce, aproximadamente, 6000 pensamientos al
día
Si predomina la tendencia a pensar negativamente, esos
pensamientos se van acumulando, convirtiéndose prácticamente en veneno para
nuestro organismo.
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