martes, 15 de noviembre de 2016

Mensajes amables de fin de semana: robots, resonancias, GPS´s y cámaras infrarrojas en los quirófanos



Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:

Se abre todo un mundo de posibilidades cuando en los quirófanos entran los robots, las resonancias, los GPS´s y las cámaras infrarrojas
Los robots no solo ayudan en la precisión sino que, y esto es aún más impresionante, abren el camino para hacer operaciones con el cirujano a miles de Kms.
Las resonancias en los quirófanos permiten a los cirujanos ver con ojos asombrosamente precisos  
Los GPS´s y las cámaras infrarrojas calculan la posición del paciente, de sus órganos y venas, huesos y nervios con tal exactitud que el grado de error solo alcanza un cuarto de milímetro, lo que equivale al grosor de dos o tres pelos. Si se ingresa en la zona de riesgo, se enciende una alarma.

El presente escrito está dedicado a hablar un poco de estas nuevas estrellas del quirófano

El robot Da Vinci 
Uno  de los robots más utilizados actualmente es el Robot Quirúrgico Da Vinci que está instalado en unos 3.000 quirófanos del mundo y en el 2013 llegaron a realizar entre todos unas 300.000 cirugías. En España hay actualmente 21 unidades instaladas que realizan más de 2.000 intervenciones de diferentes especialidades al año.




En Estados Unidos acaba de autorizarse para su uso en quirófanos la última versión de este robot, el Da Vinci Xi System, considerado el robot quirúrgico más avanzado en la actualidad. Aunque por su precio se puede considerar casi como una herramienta de lujo fuera del alcance de muchos hospitales, su avanzada tecnología y los beneficios que puede reportar lo convierten en un robot que previsiblemente estará realizando operaciones por todo el mundo dentro de no mucho tiempo.
El robot Da Vinci Xi entraría dentro de la clasificación de robots maestro – esclavo y está constituido por una consola desde la que el cirujano controla los brazos del robot y visualiza perfectamente el interior del paciente con una sensación de inmersión. Dispone además de un carro quirúrgico con una base que permite a los brazos robóticos, girar 180 grados y moverse alrededor de la mesa de operaciones.
El robot Da Vinci Xi dispone de cuatro brazos robóticos con última tecnología: además de ser más pequeños y maniobrables que en versiones anteriores, son multifunción, pudiendo intercambiarse herramientas como los endoscopios o los instrumentos incisivos.

Un gigante con cuatro brazos. 
El reloj del quirófano se acerca al mediodía. Cuatro inmóviles brazos mecánicos se hunden en un bulto cubierto de paños azules y una cascada de tubos. Bajo todos ellos, un hombre de 57 años, anestesiado, con un cáncer de próstata. A su alrededor, un baile de personas que, durante más de una hora, han ido colocando el infinito tejido de cables, luces y torres mecánicas.
A las 12 en punto se apaga la luz del techo. La que en las salas de operaciones ilumina la herida que abre el bisturí. Todo parece acabarse. En la penumbra, las siluetas enguantadas se sientan. Pero todo comienza. Despiertan los tentáculos de acero. Se mueven a la manera de los macillos de un piano sobre el vientre del paciente.
El robot Da Vinci avanza con un bisturí eléctrico en cada pinza, abriéndose camino dentro de la pelvis. Los pitidos (dos diferentes, dependiendo de qué pinza coagule) sustituyen a las voces. Un monstruo mecánico, por su coste (hasta dos millones y medio de dólares, 2,2 millones de euros) y dimensiones (una torre de imagen de la altura de una persona y otra con los brazos robóticos) que un cirujano, inclinado sobre un visor de imagen tridimensional, maneja desde una esquina. Como un pianista cuyos pedales sirven para hacer zoom con la cámara hundida en el enfermo.


En Estados Unidos acaba de autorizarse para su uso en quirófanos la última versión de este robot, el Da Vinci Xi System, considerado el robot quirúrgico más avanzado en la actualidad. Aunque por su precio se puede considerar casi como una herramienta de lujo fuera del alcance de muchos hospitales, su avanzada tecnología y los beneficios que puede reportar lo convierten en un robot que previsiblemente estará realizando operaciones por todo el mundo dentro de no mucho tiempo.
El robot Da Vinci Xi entraría dentro de la clasificación de robots maestro – esclavo y está constituido por una consola desde la que el cirujano controla los brazos del robot y visualiza perfectamente el interior del paciente con una sensación de inmersión. Dispone además de un carro quirúrgico con una base que permite a los brazos robóticos, girar 180 grados y moverse alrededor de la mesa de operaciones.
El robot Da Vinci Xi dispone de cuatro brazos robóticos con última tecnología: además de ser más pequeños y maniobrables que en versiones anteriores, son multifunción, pudiendo intercambiarse herramientas como los endoscopios o los instrumentos incisivos.

Un gigante con cuatro brazos. 
El reloj del quirófano se acerca al mediodía. Cuatro inmóviles brazos mecánicos se hunden en un bulto cubierto de paños azules y una cascada de tubos. Bajo todos ellos, un hombre de 57 años, anestesiado, con un cáncer de próstata. A su alrededor, un baile de personas que, durante más de una hora, han ido colocando el infinito tejido de cables, luces y torres mecánicas.
A las 12 en punto se apaga la luz del techo. La que en las salas de operaciones ilumina la herida que abre el bisturí. Todo parece acabarse. En la penumbra, las siluetas enguantadas se sientan. Pero todo comienza. Despiertan los tentáculos de acero. Se mueven a la manera de los macillos de un piano sobre el vientre del paciente.
El robot Da Vinci avanza con un bisturí eléctrico en cada pinza, abriéndose camino dentro de la pelvis. Los pitidos (dos diferentes, dependiendo de qué pinza coagule) sustituyen a las voces. Un monstruo mecánico, por su coste (hasta dos millones y medio de dólares, 2,2 millones de euros) y dimensiones (una torre de imagen de la altura de una persona y otra con los brazos robóticos) que un cirujano, inclinado sobre un visor de imagen tridimensional, maneja desde una esquina. Como un pianista cuyos pedales sirven para hacer zoom con la cámara hundida en el enfermo.




Da Vinci es el autómata más conocido en los quirófanos del mundo, 24 de ellos españoles, 13 en hospitales públicos. Lleva tres millones de operaciones desde 2000 y su intervención estrella es precisamente esta que se magnifica hasta 20 veces en los monitores del quirófano del Hospital Clínico de San Carlos, en Madrid: la extracción de la próstata

Cirugía a distancia
Robots en el quirófano: el argentino pionero de la cirugía a distancia
Juan Wachs lidera un proyecto en EE.UU. que se basa en la realidad virtual para operar a miles de kilómetros de un hospital





Hay silencio y quietud en la noche, cuando un grupo de soldados ingresa en un pueblo de montaña en Afganistán para completar una misión de reconocimiento. De golpe estalla un explosivo, y uno de los combatientes cae gravemente herido. Un helicóptero puede evacuarlo en minutos para que sea atendido por un cirujano general, en el cuartel, pero las heridas son profundas y pueden haber afectado la parte neuronal. La opción es trasladarlo a un hospital de alta complejidad: el más cercano está en Alemania. Pero si se optara por esta alternativa se consumiría la "hora de oro" ("golden hour"), lo que en la jerga médica se conoce como el período luego del cual disminuyen drásticamente las probabilidades de vida.
Este dilema llegó meses atrás al equipo de investigación del argentino Juan Wachs, un experto en medicina robótica que trabaja actualmente en la Universidad de Purdue, en Indiana, Estados Unidos. El encargo venía directamente del presidente Barack Obama y del Congreso de ese país. La solución ideada, que ya está en su etapa final de armado, consiste en una mesa interactiva, una suerte de tableta de tamaño humano, que puede activar un especialista en cualquier lugar del mundo y usar para colaborar con el médico que está en el lugar de los hechos. Con anteojos de realidad virtual (tipo Occulus), el cuerpo de la persona a operar se ve en 3D, y la mesa interactiva reconoce instrumentos quirúrgicos, entre otras funciones.


Resonancia durante la operación





La Clínica Universidad de Navarra ha instalado un complejo quirúrgico diseñado por Siemens que funciona con la tecnología más avanzada para mayor precisión en las intervenciones y más seguridad para el paciente.
El centro hospitalario de la Universidad de Navarra ha equipado tres nuevos quirófanos que incorporan una resonancia magnética de alto campo (3 Tesla) y dos equipos de radiología robotizados de última generación de Siemens.
Por una parte, la resonancia magnética de alto campo (primera en España) es la de mayor potencia utilizada para el estudio por imagen del organismo humano. Además, se trata de un equipo intraoperatorio, lo que significa que permite obtener una imagen del paciente mientras se realiza la intervención para optimizar el resultado quirúrgico.
"Con la resonancia magnética de alto campo intraoperatoria, obtenemos la mejor imagen diagnóstica que actualmente es posible. Además nos permite comprobar la eficacia de la cirugía en el mismo acto quirúrgico, sin tener que esperar a que el paciente salga de quirófano", subraya el Dr. Ricardo Díez Valle, neurocirujano y coordinador del Área de Tumores Cerebrales de la Clínica Universidad de Navarra. "Con este equipamiento conseguimos la información definitiva al instante y evitamos tener que volver a operar en el caso de que la operació no haya salido perfecta", añade. El de Siemens, se trata del equipo de resonancia magnética más puntero en la actualidad.

Seguridad y Precisión en el Quirófano. GPS´s y cámaras infrarrojas






En el quirófano del futuro los datos de los pacientes son mucho más que solo información. Gero Strauß, cirujano de la Clínica Universitaria de Leipzig (Alemania), los utiliza para generar nuevas técnicas que no solo curan enfermedades, sino ayuda a salvar vidas.
 El Centro Internacional de referencia para el Desarrollo y la Técnica de Operación en Leipzig (IRDC ) es el lugar de actividades del doctor Strauß. Alrededor de la mesa de operaciones se encuentran cinco monitores, estas herramientas apoyan la operación de un paciente. Sobre uno de los monitores cuelgan dos cámaras infrarrojas, que son utilizadas como un navegador de un Sistema de Posicionamiento Global (GPS).
 Los mapas sobre los cuales se referencian las cámaras son en este caso tomografías de resonancia magnética o tomografías por computador.
“Gracias a estos datos podemos registrar a nuestros pacientes y reconocer en qué parte del cuerpo se encuentran los instrumentos médicos durante la operación”, dice.
 Las imágenes que provee una resonancia magnética o por ordenador son muy detalladas. Con esta información el cirujano puede navegar con mayor precisión entre ellos. Además, puede marcar con el click del ratón de su ordenador sobre el mapa del cuerpo digital los lugares que por ningún motivo deben ser perjudicados. La imagen de Strauß se llena de pequeños puntos que señalan riesgos o datos a tener en cuenta.


Software Distance Control 

 Un software especial vincula todas las informaciones del paciente obtenidas antes y durante la operación. “La cámara relaciona la posición del paciente y del instrumento quirúrgico. Las cámaras infrarrojas calculan la posición del paciente, de sus órganos y venas, huesos y nervios con tal exactitud que el grado de error solo alcanza un cuarto de milímetro, lo que equivale al grosor de dos o tres pelos. Si se ingresa en la zona de riesgo, se enciende una alarma



Que disfrutéis cada hora del fin de semana

Un cordial saludo

Álvaro Ballesteros



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