Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:
Se abre todo un mundo de posibilidades cuando en los quirófanos
entran los robots, las resonancias, los GPS´s y las cámaras infrarrojas
Los robots no solo ayudan en la precisión sino que, y esto
es aún más impresionante, abren el camino para hacer operaciones con el
cirujano a miles de Kms.
Las resonancias en los quirófanos permiten a los cirujanos ver
con ojos asombrosamente precisos
Los GPS´s y las cámaras infrarrojas calculan la posición del
paciente, de sus órganos y venas, huesos y nervios con tal exactitud que el
grado de error solo alcanza un cuarto de milímetro, lo que equivale al grosor
de dos o tres pelos. Si se ingresa en la zona de riesgo, se enciende una
alarma.
El presente escrito está dedicado a hablar un poco de estas
nuevas estrellas del quirófano
El robot Da
Vinci
Uno de los robots más utilizados actualmente es
el Robot Quirúrgico Da Vinci que está instalado en
unos 3.000 quirófanos del mundo y en el 2013 llegaron a realizar entre
todos unas 300.000 cirugías. En España hay actualmente 21 unidades
instaladas que realizan más de 2.000 intervenciones de diferentes
especialidades al año.
En Estados Unidos acaba de autorizarse para su uso en
quirófanos la última versión de este robot, el Da Vinci Xi System, considerado el robot
quirúrgico más avanzado en la actualidad. Aunque por su precio se puede
considerar casi como una herramienta de lujo fuera del alcance de muchos
hospitales, su avanzada tecnología y los beneficios que puede reportar lo
convierten en un robot que previsiblemente estará realizando operaciones por
todo el mundo dentro de no mucho tiempo.
El robot Da Vinci Xi entraría dentro de la clasificación de
robots maestro – esclavo y está constituido por una consola desde la que el
cirujano controla los brazos del robot y visualiza perfectamente el interior
del paciente con una sensación de inmersión. Dispone además de un carro
quirúrgico con una base que permite a los brazos robóticos, girar 180 grados y
moverse alrededor de la mesa de operaciones.
El robot Da Vinci Xi dispone de cuatro brazos robóticos con
última tecnología: además de ser más pequeños y maniobrables que en versiones
anteriores, son multifunción, pudiendo intercambiarse herramientas como los
endoscopios o los instrumentos incisivos.
Un gigante con cuatro brazos.
El reloj del quirófano se acerca al mediodía. Cuatro inmóviles
brazos mecánicos se hunden en un bulto cubierto de paños azules y una cascada
de tubos. Bajo todos ellos, un hombre de 57 años, anestesiado, con un cáncer de
próstata. A su alrededor, un baile de personas que, durante más de una hora,
han ido colocando el infinito tejido de cables, luces y torres mecánicas.
A las 12 en punto se apaga la luz del techo. La que en las
salas de operaciones ilumina la herida que abre el bisturí. Todo parece
acabarse. En la penumbra, las siluetas enguantadas se sientan. Pero todo
comienza. Despiertan los tentáculos de acero. Se mueven a la manera de los
macillos de un piano sobre el vientre del paciente.
El robot Da Vinci avanza con un bisturí eléctrico en cada
pinza, abriéndose camino dentro de la pelvis. Los pitidos (dos diferentes,
dependiendo de qué pinza coagule) sustituyen a las voces. Un monstruo mecánico,
por su coste (hasta dos millones y medio de dólares, 2,2 millones de euros) y
dimensiones (una torre de imagen de la altura de una persona y otra con los
brazos robóticos) que un cirujano, inclinado sobre un visor de imagen
tridimensional, maneja desde una esquina. Como un pianista cuyos pedales sirven
para hacer zoom con la cámara hundida en el enfermo.
En Estados Unidos acaba de autorizarse para su uso en
quirófanos la última versión de este robot, el Da Vinci Xi System, considerado el robot
quirúrgico más avanzado en la actualidad. Aunque por su precio se puede
considerar casi como una herramienta de lujo fuera del alcance de muchos
hospitales, su avanzada tecnología y los beneficios que puede reportar lo
convierten en un robot que previsiblemente estará realizando operaciones por
todo el mundo dentro de no mucho tiempo.
El robot Da Vinci Xi entraría dentro de la clasificación de
robots maestro – esclavo y está constituido por una consola desde la que el
cirujano controla los brazos del robot y visualiza perfectamente el interior
del paciente con una sensación de inmersión. Dispone además de un carro
quirúrgico con una base que permite a los brazos robóticos, girar 180 grados y
moverse alrededor de la mesa de operaciones.
El robot Da Vinci Xi dispone de cuatro brazos robóticos con
última tecnología: además de ser más pequeños y maniobrables que en versiones
anteriores, son multifunción, pudiendo intercambiarse herramientas como los
endoscopios o los instrumentos incisivos.
Un gigante con cuatro brazos.
El reloj del quirófano se acerca al mediodía. Cuatro inmóviles
brazos mecánicos se hunden en un bulto cubierto de paños azules y una cascada
de tubos. Bajo todos ellos, un hombre de 57 años, anestesiado, con un cáncer de
próstata. A su alrededor, un baile de personas que, durante más de una hora,
han ido colocando el infinito tejido de cables, luces y torres mecánicas.
A las 12 en punto se apaga la luz del techo. La que en las
salas de operaciones ilumina la herida que abre el bisturí. Todo parece
acabarse. En la penumbra, las siluetas enguantadas se sientan. Pero todo
comienza. Despiertan los tentáculos de acero. Se mueven a la manera de los
macillos de un piano sobre el vientre del paciente.
El robot Da Vinci avanza con un bisturí eléctrico en cada
pinza, abriéndose camino dentro de la pelvis. Los pitidos (dos diferentes,
dependiendo de qué pinza coagule) sustituyen a las voces. Un monstruo mecánico,
por su coste (hasta dos millones y medio de dólares, 2,2 millones de euros) y
dimensiones (una torre de imagen de la altura de una persona y otra con los
brazos robóticos) que un cirujano, inclinado sobre un visor de imagen
tridimensional, maneja desde una esquina. Como un pianista cuyos pedales sirven
para hacer zoom con la cámara hundida en el enfermo.
Da
Vinci es el autómata más conocido en los quirófanos del mundo, 24 de
ellos españoles, 13 en hospitales públicos. Lleva tres millones de operaciones
desde 2000 y su intervención estrella es precisamente esta que se magnifica
hasta 20 veces en los monitores del quirófano del Hospital Clínico de San
Carlos, en Madrid: la extracción de la próstata
Cirugía a distancia
Robots en el quirófano: el argentino pionero de la cirugía a
distancia
Juan Wachs lidera un proyecto en EE.UU. que se basa en la
realidad virtual para operar a miles de kilómetros de un hospital
Hay silencio y quietud en la noche, cuando un grupo de
soldados ingresa en un pueblo de montaña en Afganistán para completar una
misión de reconocimiento. De golpe estalla un explosivo, y uno de los
combatientes cae gravemente herido. Un helicóptero puede evacuarlo en minutos
para que sea atendido por un cirujano general, en el cuartel, pero las heridas
son profundas y pueden haber afectado la parte neuronal. La opción es
trasladarlo a un hospital de alta complejidad: el más cercano está en Alemania.
Pero si se optara por esta alternativa se consumiría la "hora de oro"
("golden hour"), lo que en la jerga médica se conoce como el período
luego del cual disminuyen drásticamente las probabilidades de vida.
Este dilema llegó meses atrás al equipo de investigación del
argentino Juan Wachs, un experto en medicina robótica que trabaja actualmente
en la Universidad de Purdue, en Indiana, Estados Unidos. El encargo venía
directamente del presidente Barack Obama y del Congreso de ese país. La
solución ideada, que ya está en su etapa final de armado, consiste en una mesa
interactiva, una suerte de tableta de tamaño humano, que puede activar un
especialista en cualquier lugar del mundo y usar para colaborar con el médico
que está en el lugar de los hechos. Con anteojos de realidad virtual (tipo
Occulus), el cuerpo de la persona a operar se ve en 3D, y la mesa interactiva
reconoce instrumentos quirúrgicos, entre otras funciones.
Resonancia durante la operación
La Clínica Universidad de Navarra ha instalado un
complejo quirúrgico diseñado por Siemens que funciona con la tecnología más
avanzada para mayor precisión en las intervenciones y más seguridad para el
paciente.
El centro
hospitalario de la Universidad de Navarra ha equipado tres nuevos
quirófanos que incorporan una resonancia magnética de alto campo (3 Tesla) y
dos equipos de radiología robotizados de última generación de Siemens.
Por una parte, la resonancia magnética de alto campo
(primera en España) es la de mayor potencia utilizada para el estudio
por imagen del organismo humano. Además, se trata de un equipo
intraoperatorio, lo que significa que permite obtener una imagen del
paciente mientras se realiza la intervención para optimizar el
resultado quirúrgico.
"Con la resonancia magnética de alto campo
intraoperatoria, obtenemos la mejor imagen diagnóstica que actualmente es
posible. Además nos permite comprobar la eficacia de la cirugía en el mismo
acto quirúrgico, sin tener que esperar a que el paciente salga de
quirófano", subraya el Dr. Ricardo Díez Valle, neurocirujano y coordinador
del Área de Tumores Cerebrales de la Clínica Universidad de Navarra. "Con
este equipamiento conseguimos la información definitiva al instante y evitamos
tener que volver a operar en el caso de que la operació no haya salido
perfecta", añade. El de Siemens, se trata del equipo de resonancia
magnética más puntero en la actualidad.
Seguridad y Precisión en el Quirófano. GPS´s y cámaras
infrarrojas
En el quirófano del futuro los datos de los pacientes son
mucho más que solo información. Gero Strauß, cirujano de la Clínica
Universitaria de Leipzig (Alemania), los utiliza para generar nuevas técnicas
que no solo curan enfermedades, sino ayuda a salvar vidas.
El Centro Internacional de referencia para el Desarrollo
y la Técnica de Operación en Leipzig (IRDC ) es el lugar de actividades del
doctor Strauß. Alrededor de la mesa de operaciones se encuentran cinco
monitores, estas herramientas apoyan la operación de un paciente. Sobre uno de
los monitores cuelgan dos cámaras infrarrojas, que son utilizadas como un
navegador de un Sistema de Posicionamiento Global (GPS).
Los mapas sobre los cuales se referencian las cámaras
son en este caso tomografías de resonancia magnética o tomografías por
computador.
“Gracias a estos datos podemos registrar a nuestros
pacientes y reconocer en qué parte del cuerpo se encuentran los instrumentos
médicos durante la operación”, dice.
Las imágenes que provee una resonancia magnética o por
ordenador son muy detalladas. Con esta información el cirujano puede navegar
con mayor precisión entre ellos. Además, puede marcar con el click del ratón de
su ordenador sobre el mapa del cuerpo digital los lugares que por ningún motivo
deben ser perjudicados. La imagen de Strauß se llena de pequeños puntos que
señalan riesgos o datos a tener en cuenta.
Software Distance Control
Un software especial vincula todas las informaciones
del paciente obtenidas antes y durante la operación. “La cámara relaciona la
posición del paciente y del instrumento quirúrgico. Las cámaras infrarrojas
calculan la posición del paciente, de sus órganos y venas, huesos y nervios con
tal exactitud que el grado de error solo alcanza un cuarto de milímetro, lo que
equivale al grosor de dos o tres pelos. Si se ingresa en la zona de riesgo, se
enciende una alarma
Que disfrutéis cada hora del fin de semana
Un cordial saludo
Álvaro Ballesteros
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