Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:
La semana pasada expresaba mi admiración por la solución de
la Copenhagen Wheel por la genial idea de partida, que no es otra que
aprovechar los miles de millones de bicicletas de las de toda la vida que hay
en nuestro vasto mundo para transformarlas en eléctricas. Más de talles en mi
enlace:
Pues si eso partía de aprovechar lo existente, no os podéis
imaginar la agradable sorpresa que me he llevado al enterarme de que en un
pueblo de Alemania el punto de partida para la revolución energética en la que
se han embarcado sus habitantes son no ya las vacas sino los excrementos de
estos animales
El pueblo del que hablamos se llama Wildpoldsried, y está
cerca de la frontera con Austria
Datos que me gustaría resaltar del link que se adjunta más
abajo:
-Instalar un sistema de calefacción central en el pueblo y
deshacerse de la de gasoil fue uno de los primeros proyectos. Hoy, el 90% de la
energía de la calefacción procede del biogás de las granjas como la de
Einsiedler. En total, 120 pisos y cuatro empresas están conectadas a la red.
-La energía que desprenden los excrementos fermentados de
sus queridas vacas junto a los molinos de viento y sus placas solares suman
hasta el 80% de sus pingües ingresos. Sus 70 vacas producen cantidades
industriales de excrementos que alimentan la mayor planta de biogás del pueblo.
Algo más de la mitad son restos de las vacas, y luego hierbas, manzanas
podridas, patatas y biomasa en general. En un megadepósito, una pasta 800
toneladas de residuos burbujea al compás de la fermentación.
-Solar y eólica completan el coctel energético que enriquece
a los vecinos a través de una empresa mancomunada de la que solo pueden ser
socios los 2.600 habitantes del pueblo. El gimnasio, la escuela o la casa de
niños producen más de lo que consumen.
-La energía sobrante se vende a las compañías eléctricas,
gracias a la ley de las energías renovables (EEG por sus siglas en alemán) del
año 2000, copiada en decenas de países y que ha asegurado el precio por
kilowatio producido por energías limpias. El año pasado, los vecinos de
Wildpoldsried aseguran que ganaron seis millones de euros con la venta de la
energía que les sobra. Buena parte de ese dinero, lo destinan a pagar el crédito
que pidieron para la infraestructura. El resto, se lo quedan.
El reportaje en cuestión es el siguiente:
En fin, qué queréis que os diga: si esto se extendiera en
nuestro país, ……hasta se podría pensar en repoblar zonas rurales deprimidas, ….
claro, siempre que vayamos a Wildpoldsried y les copiemos el sistema completo,
y ello a todos los niveles, tanto públicos como privados
Que disfrutes cada hora del fin de semana
Un cordial saludo
Alvaro Ballesteros
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