Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:
El mayor homenaje a la luz que he visto nunca es el cuadro “Paseo
a orillas del mar” de Sorolla
Costumbrismo social
Encontrarse la Casa Museo de Sorolla en medio de la
Castellana es uno de esos lujos por los que me encanta Madrid
Habré visitado este Museo casi cien veces, y nunca me canso
Lo mágico del lugar es que Sorolla diseñó la casa de manera
explícita para que albergara sus cuadros, lo que le da un atractivo especial,
dada la pasión del artista valenciano por la luz
Solo por su empeño de inmortalizar la luz, esa luz que se
refleja en sus aguas queridas del Mediterráneo, merece la pena visitarlo
Como de costumbre, en medio del trajín diario, hace unos
días, encontré un hueco antes de una reunión de trabajo, para pasar un par de
horas deleitándome con todo lo que hay en esa maravillosa Casa Museo
Me llevé un pequeño chasco, porque habían llevado el cuadro
a Londres, a una exposición temporal
Pero bueno, me consolé con otros cuadros de Sorolla que
también me encantan, y, como hacía un hermoso día de primavera, aproveché para
tomar un rato el sol en el hermoso jardín andaluz que hay en la entrada …. todo
un lujo
Sirva el resto de este post para rendir un pequeño homenaje
a ese maravilloso rincón de Madrid, vía los posts más interesantes que he
encontrado por ahí
No os perdáis la referencia que hago a esos 14 lienzos de
Sorolla ( de más de 3,5 metros ) que hay en la Hispanic Society of America, en
el corazón de Nueva York, fruto de un encargo que le hizo Huntington, un
multimillonario americano que se enamoró de Sorolla cuando vio su obra en la
Exposición Universal de Paris
Feliz lectura
Museo Sorolla Madrid
Todavía no sé cómo agradecerle a Clotilde García del
Castillo, mujer y musa del pintor Joaquín Sorolla, que legara al Estado su
casa y sus colecciones para crear el Museo Sorolla Madrid.
No hay palabras para describir lo que aparece tras el muro
de su entrada.
Ya simplemente al entrar te introduces en otro mundo, un
patio andaluz que es capaz de transmitir una paz abrumadora.
Si continúas hacia la entrada atraviesas un jardín
con un pequeño estanque y una zona de descanso bajo una pérgola. Antes
de entrar al Museo Sorolla Madrid, justo donde se encuentra la taquilla, hay
otro patio andaluz que da a un antiguo zaguán lleno de
cerámicas y una colección de botijos. Eran las antiguas cocinas y las
habitaciones de los guardeses de la familia.
Una vez compras la entrada debes volver al jardín de
la Casa Museo Sorolla Madrid y subir por unas escaleras de
azulejos andaluces preciosa que te conduce a lo que fue la casa del
famoso pintor Sorolla.
Lo primero que ves son dos antesalas con parte de sus obras
y pasas directamente a lo que era el taller del pintor. Ninguna
foto le haría justicia. Puedes ver su mesa de trabajo, sus obras, caballetes,
su propia colección de pinceles… solo falta él en carne y hueso.
Desde el estudio cruzas por un pasillo para llegar al salón
de la casa. Tiene una cristalera semicircular que da a los jardines,
llenándolo de luz natural y una zona de estar muy acogedora. En el comedor
de la casa hay una mesa de madera grande y una chimenea. En esta
planta puedes apreciar el gran interés que tuvo el pintor por
unificar la casa con la zona de trabajo. De esta manera mantenía a toda
su familia unida. En 1909 encargó el proyecto al arquitecto Enrique
María de Rapullés y Vargas y participó en él personalmente.
Tras visitar las estancias comunes de la casa subimos a la
primera planta por unas escaleras de madera donde antiguamente estaban los
dormitorios. Actualmente está dedicado a exposiciones temporales que
no puedes perderte.
Biografía de Joaquín Sorolla
Joaquín Sorolla y Bastida nació en febrero de 1863, en la
calle Nueva del antiguo barrio de pescadores de Valencia. Siendo un
niño de dos años pierde a sus padres, víctimas del cólera que asoló
la ciudad en 1865, por lo que Joaquín y Concha, su única hermana,
fueron acogidos por sus tíos.
Unos años después de comenzar los estudios básicos,
en los que da temprana muestra de su interés por todo aquello que estuviera
relacionado con las artes plásticas, accede a la Escuela de
Artesanos de Valencia para recibir clases de dibujo y, en 1878, e ingresa
en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal. A lo
largo de los años ochenta transcurre su etapa de formación, en un ambiente nada
proclive a las libertades creativas.
AÑOS DE FORMACIÓN
Tras obtener una medalla de plata en una exposición local,
el fotógrafo Antonio García Peris (futuro suegro del artista)
le ofrece trabajo en su estudio. Allí Sorolla aprenderá algunos recursos que
más adelante utilizará en su obra de madurez. En 1881 presenta
tres obras de carácter marinero a la Exposición Nacional de Bellas
Artes de Madrid, aunque estas pasarían desapercibidas.
Aprovechando dicho viaje a
Madrid, descubrirá la pintura barroca de Velázquez, quien marcará
parte de su obra. Recibirá influencias de otros pintores, como Ignacio
Pinazo, de quien descubre la técnica de la yuxtaposición de las manchas de
color. Finalmente, y gracias a sus éxitos en varias exposiciones, recibe
una beca para explorar la Roma artística. Durante
su estancia en Italia, visitará distintas ciudades de las que tenemos
testimonios pictóricos y notas. Entre 1886 y 1887 trabajará
como becario con óleos y acuarelas para marchantes y un año
después acudirá a Valencia para contraer matrimonio con Clotilde García
del Castillo. Permanecerán ambos en Asís hasta 1889 cuando finaliza la
beca.
LUCES MEDITERRÁNEAS
La obra de Sorolla empezará a consolidarse en la década
siguiente, cambiando poco a poco de temática. La pintura de historia daría
paso al realismo social, sumiéndose poco después en el costumbrismo
marinero, que no abandonará nunca. Es entonces cuando su atención se centra
en el mar y la luz que desprenden las tierras mediterráneas de su
infancia.
En la Exposición Universal de París, el pintor
valenciano obtendría el Grand Prix del Pabellón de España y
Portugal, iniciando así su proyección internacional. Poco a poco
van apareciendo más soltura en las manchas de color de su obra, aportando
más naturalidad a sus escenas.
"Me sería imposible pintar al aire libre despacio,
aunque quisiera... El movimiento del sol cambia constantemente el color de las
cosas... ¡Hay que pintar deprisa"
Joaquín y Clotilde
|
Seis años después inaugurará su primera exposición
individual en la Galerie Georges Petit de París. En este momento
comienza a sumergirse en la pintura contemporánea local francesa, y comienza a
cultivar el retrato pictórico. A partir de entonces comenzaría a realizar
distintas exposiciones individuales por Berlín, Colonia, Düsseldorf y
Londres (1907-1908), aunque no adquiere tanta atención como en la
capital francesa.
Tras la mencionada Exposición Universal de París, comienzan
sus contactos en Estados Unidos, donde realiza distintas
exposiciones por Nueva York, Buffalo y Boston. Finalmente, Sorolla
firmará uno de los acuerdos más notables de la época, donde el pintor
valenciano se comprometía a decorar la biblioteca de la Hispanic
Society of America, plasmando en sus paredes las imágenes de las
tierras españolas.
PROYECCIÓN FINAL
Tras finalizar este gran proyecto americano, el pintor
postimpresionista sufriría un ataque de hemiplejia que le
incapacitaría para seguir trabajando. Sus últimos años están marcados
por una espontaneidad de los colores y formas cada vez más pronunciada. Fallecería
en 1923, y es gracias a su familia que gran parte de su obra permanece en
la casa, convertida en museo, que el pintor poseía en
Madrid.
EJEMPLOS DE SU OBRA
Costumbrismo social
En la última década del siglo XIX, el pintor abandona sus
cuadros de historia por escenas costumbristas y de género con cierto cariz
social. Parece que Sorolla se adentra en esta temática más por el éxito que
produce en España que por una inquietud personal. Destacaremos obras como
"El beso de la reliquia, 1893", "Y aún dicen que el
pescado es caro, 1894" o "Cosiendo la vela, 1896".
La luz del Mediterráneo
Comienza a partir de 1900 su obra de madurez, con gran
cantidad de escenas de playa, destellos de luces, ropajes y cuerpos mojados.
Construirá estos cuadros con grandes manchas de color, donde la luz y las
tonalidades brillantes son los protagonistas. Destacaremos "El baño del
caballo, 1909", "Paseo a la orilla del mar, 1909", y
"Niños en la playa, 1910".
Paseo a la orilla del mar, 1909
El baño del caballo, 1909
El retrato
La figura humana es el principal protagonista de la obra de
Sorolla, particularmente, los niños, las mujeres y los pescadores; aunque
realizaría gran cantidad de retratos a personajes importantes de la época.
Serán cuadros de gran formato, donde destaca la intensidad de la luz, ya que
también serían realizados al aire libre. Destacaremos "Comiendo uvas,
1898", "El pintor Beruete, 1902", y "Mi hija Elena,
1898".
El pintor Beruete, 1902
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Jardines y rincones
Antes de que sufriera el ataque de hemiplejia en 1920, se
hallaba el pintor centrado en su encargo para la biblioteca de la Hispanic
Society of America, dejando bastante relegados sus trabajos luministas. De esta
época destacan gran cantidad de pequeños estudios de paisajes que visita por
España, o de los rincones del jardín de su casa madrileña. Destacaremos
"Patio de los Arrayanes,1910", y Jardín de la casa de Sorolla,
1920".
Jardín de la casa de Sorolla, 1920
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Galería Visión de España de Sorolla, en la Hispanic
Society of America, Nueva York
La galería alberga la colosal serie de 14 pinturas conocida
como Visión de España, del maestro valenciano Joaquín Sorolla y
Bastida, artista de renombre en España a comienzos del siglo xx. Archer Milton
Huntington, fundador de la Hispanic Society, le encargó los lienzos en 1911
para una nueva galería que tenía pensado construir en el ala oeste del edificio
principal. Sorolla ya había protagonizado dos exposiciones itinerantes
tremendamente exitosas en Estados Unidos, organizadas ambas por la Hispanic
Society, en 1909 y 1911. Solo la muestra de 1909 atrajo a la Hispanic Society a
unos 160 000 visitantes en el plazo de un mes.
Los lienzos que componen la serie Visión de España,
de casi 12 pies (más de 3,5 metros) de altura y 200 pies (unos 60 metros) de
largo en total, fueron pintados por Sorolla en distintos lugares de España
entre los años 1912 y 1919. En la galería, el espectador está rodeado por los
pueblos, los trajes y las tradiciones de las diversas regiones de España. Tanto
Sorolla como Huntington apuntaron que la serie representaba una España que
estaba «a punto de desaparecer». Por desgracia, la exposición de los cuadros
que Sorolla considerara su mayor logro no se inauguró en la Hispanic Society
hasta 1926, tres años después del fallecimiento del artista.
Todos los lienzos fueron restaurados entre 2006 y 2007, con
anterioridad a la celebración de una serie de exposiciones en España. La Visión
de España de Sorolla se exhibió en Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao,
Barcelona y Madrid entre noviembre de 2007 y febrero de 2010. Esta obra maestra
de Sorolla, que nunca antes se había expuesto al público en la Península
Ibérica, causó sensación, hasta el punto de que atrajo a más de
2 000 000 visitantes, convirtiéndose en la exposición más visitada en
la historia del país. La Galería Visión de España de Sorolla,
totalmente restaurada, se inauguró en 2010, a la vuelta de las pinturas de su
largo periplo español.
El tesoro de Sorolla en New York: los 14 lienzos de la
Hispanic Society of America
Como siempre, he incluido estas reflexiones en mi blog https://historiasdellean.blogspot.com/:
No dejéis que nadie os estropee el fin de semana
Un cordial saludo
Álvaro Ballesteros
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