domingo, 6 de diciembre de 2015

Mensajes amables de fin de semana: el estrés oxidativo de las células, los antioxidantes y los colores de las frutas y verduras


Estimad@s Clientes y7o amantes del LEAN:

Este escrito trata de arrojar un poco de luz sobre el llamado “estrés oxidativo de las células”, su solución, vía antioxidantes ( incluidos los polifenoles ), y la manera práctica de arreglarlo, simplemente fijándose en el color de las frutas y verduras

¿Qué pasa cuando respiro?

Cada vez que respiramos, el 20% de lo que inhalamos es oxígeno. El oxígeno es una molécula esencial que pasa del aire en los pulmones a los glóbulos rojos en la sangre. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno a cada célula de nuestro cuerpo. Así, el oxígeno proporciona vitalidad a las células al crear la energía necesaria para que las células funcionen. La oxidación es un proceso sin el cual no podríamos vivir. Este es el mismo proceso que causa que una manzana partida y expuesta al aire se ponga café, o que el cobre se ponga verde con el tiempo. 


El proceso de oxidación crea radicales libres en nuestras células. Un radical libre es un átomo con un número impar de electrones o que tiene un electrón libre. En grandes proporciones, los radicales libres pueden causar daño a las células. El consumir alimentos ricos en antioxidantes puede inactivar los radicales libres del oxígeno y reducir los efectos dañinos de estos radicales libres.
¿Qué es el Estrés Oxidativo?
El estrés oxidativo ocurre cuando hay un desequilibrio en nuestras células debido a un aumento en los radicales libres y/o una disminución en los antioxidantes. Con el tiempo, este desajuste en el equilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes puede dañar nuestros tejidos.
Más información, en el link de la Universidad de Michigan:

La oxidación
Nos enseñan desde la primaria que estamos constituidos, entre otros, por los sistemas respiratorio, circulatorio y digestivo, aunque pocas veces reflexionamos sobre la relación del oxígeno con los tres: y es que después de llegar a nuestros pulmones, el oxígeno inhalado pasa a la sangre y en ella viaja por todo nuestro organismo recogiendo los electrones que resultan de las reacciones químicas que se dan en las células. El conjunto de esas reacciones se denomina metabolismo y gracias a ellas nos mantenemos con vida. Una parte de estas reacciones tiene como objetivo extraer la energía de nuestros alimentos, lo que se conoce como catabolismo.
Así, cual coches a los que hay que suministrar oxígeno para extraer la energía del combustible, para vivir debemos respirar y extraer la energía de los carbohidratos o las grasas que cargamos en cualquier puesto de alimentación (cocina, restaurante o maquinita distribuidora de chatarra).
Tanto los coches como nosotros logramos aprovechar nuestra fuente energética gracias a que el oxígeno le arranca sus electrones mediante el proceso que se conoce comooxidación, sinónimo de combustión. Al final de la oxidación, tanto por el escape del coche como por nuestra expiración, se arrojan dióxido de carbono y agua, productos finales de la reacción y, por lo mismo, destino final de los electrones arrancados al combustible.
La gasolina y el oxígeno, esenciales para el funcionamiento de un coche, llegan al motor por vías separadas. Algo similar ocurre en nuestro organismo, el oxígeno y los alimentos llegan a las células por vías separadas; el primero lo hace por medio de la respiración y los segundos a través de la digestión. El punto clave es reconocer que el aire (el oxígeno) es también para nosotros un alimento, el prana como lo llaman los hindúes, "el alimento vital que da vida al cuerpo y al Universo". Bueno, al menos al planeta Tierra.
Es obvio que somos mucho más complejos que un coche, y mientras en éste los electrones van directo del combustible al CO2 y agua, en nuestro organismo se llevan a cabo cientos de reacciones, que sirven a muchos fines y que conllevan el movimiento de electrones. Cada vez que se mueven los electrones, se dice que algo se oxida (porque pierde electrones), y como consecuencia, algo más se reduce (porque gana esos electrones). En este proceso, a veces se oxida algo que no debiera, como por ejemplo ciertas grasas esenciales en nuestro cuerpo, causando daños que a la larga obstruyen las arterias, incrementando la probabilidad de afecciones cardiacas o causando daños al sistema inmunológico.
O bien se oxida alguna proteína que necesitamos para las reacciones metabólicas; o peor aún, el oxidado es el ADN, que como recordarán es la sustancia de la que están constituidos nuestros genes, lo cual provoca mutaciones.



Los malos de la película
En ese ir y venir de electrones, en condiciones normales se producen en nuestras células los radicales libres, que son diversas formas de oxígeno altamente reactivas, ya que cuentan con un electrón de más y por lo tanto son capaces de arrancar electrones a otras moléculas. Ése es el caso, por ejemplo, del radical hidroperóxido, que se produce cuando el oxígeno se une con un protón del agua. Cuando los radicales libres tratan de neutralizarse arrancando protones o electrones de moléculas que componen la estructura celular, se puede producir un daño irreversible a largo plazo y a veces no tan largo. Esta agresividad química les ha valido a los radicales libres muy mala fama, sobre todo en las revistas preocupadas por la belleza y la juventud. Y no es para menos: se ha encontrado que muchas enfermedades crónicas tienen su origen, o son exacerba- das, por perturbaciones en la estructura de los lípidos de las membranas celulares causadas por los radicales libres. Factores tanto externos —contaminación, radiaciones, medicamentos, etc.— como internos (de lo que hablaremos más adelante), dan lugar a los radicales libres que participan en reacciones de oxidación en cadena; esto es, en un "toma y daca" de electrones, que provoca inflamación y de ahí enfermedad y envejecimiento.
Más información, en el siguiente link de la Universidad Nacional Autónoma de México:

Los antioxidantes





¿En qué alimentos puedes encontrarlos?
Si quieres fortalecer tu sistema inmunológico y tu salud en general, empieza por llenar tu plato de alimentos ricos en vitamina E, vitamina C y beta-carotenos, que son las principales fuentes de antioxidantes:
  • Alimentos ricos en vitamina E: zanahorias, brócoli, papaya, mango, espinacas, pimentones (pimientos, morrones), calabaza
  • Alimentos ricos en vitamina C: naranja, toronja, kiwi, tomates, batatas (camotes), brócoli, fresas, bayas, arándanos azules y rojos, granadas
  • Alimentos ricos en beta-carotenos: albaricoque (chabacano), espárragos, melón, remolacha (betabel), maíz, melón, batatas (camotes), duraznos, zanahoria
Como ves, se trata en su mayoría de frutas y verduras con mucho color. La próxima vez que vayas al supermercado, también asegúrate de incluir otros alimentos ricos en antioxidantes como las ciruelas, uvas pasas, manzanas, cebolla, berenjena, uvas rojas y frijoles (habichuelas), entre otros.
Pero no creas que tu sistema inmunológico sólo depende de los antioxidantes que se encuentran en las frutas y en las verduras. Te sorprenderá saber que los alimentos ricos en zinc como las ostras, las nueces, la comida del mar, los granos integrales y los productos lácteos, también están llenos de antioxidantes.
También los alimentos que contienen selenio como el atún, el pollo y los granos, son una buena fuente de antioxidantes para combatir a los radicales libres.
Qué bueno es darse cuenta de que puedes encontrar lo que necesitas para estar saludable en tus alimentos. Esto te da el poder de elegir inteligentemente lo que comes para tener una salud a toda prueba.

La dieta de “La zona mediterránea”, del Dr. Barry Sears
En algún escrito anterior he hablado del Dr. Barry Sears, investigador del MIT, y de su teoría de que si no controlamos, vía alimentación, los niveles de insulina en sangre, ocurrirá lo siguiente:
-Los carbohidratos que digerimos se transforman en grasa
-La grasa que tenemos almacenada no puede ser liberada
-Aparece lo que se ha dado en llamar “inflamación silenciosa”, algo que no provoca alerta porque queda por debajo del umbral del dolor, pero que es nada más y nada menos…!! una inflamación de todas las células de nuestro cuerpo!!, lo que va machacando silenciosamente nuestro organismo, con efectos demoledores a medio y largo plazo 

El Dr. Barry Sears ha publicado este año el libro “La zona mediterránea” donde, aparte de insistir en su dieta antiinflamación, añade los beneficios de tomar alimentos que incluyan antioxidantes
Como antioxidantes potentes, recomienda los polifenoles
Habla también del valor ORAC ( capacidad de absorción de radicales oxígeno ) de los antioxidantes estrella:


Se pueden encontrar detalles adicionales de la dieta de “La zona mediterránea” en el siguiente enlace:

¿Qué son los polifenoles?
Los polifenoles son sustancias químicas que forman parte de la composición de alimentos de origen vegetal como las frutas, las verduras, los cereales, las legumbres, algunas bebidas y productos elaborados, en los que se añaden como ingrediente.
La principal función de estos compuestos en las plantas es la de protección frente al ataque de patógenos. Además, proporcionan a los alimentos características organolépticas, como color, sabor y aroma, así como propiedades de conservación.
Su concentración en los vegetales depende de la luz, el grado de maduración y las condiciones de conservación. Además de estos, el clima y algunos factores agronómicos (el tipo de cultivo o de producción, por ejemplo), también juegan un papel fundamental.
Existen muchos tipos de polifenoles, entre los que se encuentran los ácidos fenólicos, estilbenos, lignanos, alcoholes fenólicos y flavonoides. Estos últimos constituyen la subclase más abundante del Reino Vegetal.

La importancia del color de las frutas y las verduras
El color de los frutos o vegetales se debe a la presencia de fitoquímicos, los cuales son compuestos que además de contener el pigmento del vegetal, contienen sustancias para combatir enfermedades degenerativas del cuerpo humano, además de brindar efectos benéficos para la salud y el bienestar del ser humano. A estos fitoquímicos, que no son ni vitaminas ni minerales, también se les conoce como fitonutrientes.
Los fitonutrientes y el color de los alimentos
Los fitonutrientes son compuestos presentes en el mundo vegetal y son los responsables, además de otorgarle el colorido a las futas y las verduras, de conferirles su sabor y olor, protegiéndoles de los rayos ultravioletas. Estas sustancias también ayudan a las plantas a combatir infecciones bacterianas, virales y micóticas, y les permiten defenderse y resistir a las inclemencias del tiempo y presiones de su entorno como los insectos, depredadores, plagas, sequía, etc.
Antioxidantes y fitoquímicos
A diferencia de las vitaminas y los minerales, los fitonutrientes carecen de valores nutricionales, pero tienen otras importantes funciones como ser poderosos antioxidantes que sirven de protectores del ADN celular previniendo mutaciones responsables de enfermedades como cáncer, artritis, diabetes, arterosclerosis, padecimientos del sistema cardiovascular, envejecimiento, etc. Además, los antioxidantes de los fitonutrientes ayudan a depurar el cuerpo de sustancias tóxicas y refuerzan el sistema inmune.
Dieta
Es recomendable incluir de cinco a nueve porciones de colores variados de frutas y verduras al día. A continuación, una lista de los vegetales y alimentos clasificados según su color y beneficios en la salud, Se han dado las sustancias benéficas generales de cada grupo de vegetales según su color, pero cada fruta y verdura tienen propiedades alimenticias adicionales.

Ver beneficios vs colores de las frutas/verduras en los siguientes enlaces:






El color es la manera más rápida y fácil de reconocer si un vegetal es rico en antioxidantes. A más color, más antioxidantes.
Los polifenoles abundan en los vegetales de colores vivos en la gama que va del amarillo al rojo oscuro y se encuentran generalmente en la cáscara y piel de las frutas. Posiblemente, entre los más conocidos se encuentre las antocianinas, las flavonas y el resveratrol.
Las antocianinas son responsables del color rojo, azul y violáceo de los frutos rojos como las cerezas, las moras o las grosellas. Las flavonas se encargan de dotar de color amarillo a todas las frutas en las que están presentes como el limón o el plátano. El resveratrol está sobre todo presente en la piel y en las pepitas de la uva negra y por tanto en el vino tinto.
El color indica también el tipo de antioxidante que hay en cada alimento. Los carotenoides lucen colores entre el naranja, rojo y verde. Tres colores que podemos encontrar al mismo tiempo en los pimientos, cuando están mudando del verde al rojo. Pero posiblemente las zanahorias, calabazas, y por supuesto, en las naranjas, sean los mejores ejemplos de carotenoides.
Dentro de esta familia de antioxidantes, se encuentra el licopeno que da color a tomates y sandías y la clorofila que dota de color verde, a espinacas, acelgas, lechugas, etc. El color es una manera rápida y fácil de reconocer si un vegetal es rico en antioxidantes. A más color, más antioxidantes.

Por ejemplo, los cogollos, es decir las hojas interiores y de color más claro de las verduras, tienen menos antioxidantes, que las hojas exteriores, más oscuras y que normalmente se desechan. Las hojas oscuras de las lechuga romana contienen casi diez veces más luteína, un antioxidante que forma parte de los carotenoides y que favorece especialmente a los ojos, que las hojas claras de la lechuga iceberg.







Que disfrutéis cada hora del fin de semana 
Un cordial saludo
Alvaro Ballesteros




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